[vc_row][vc_column][vc_column_text]

Voluntariado Chile 2019

[/vc_column_text][vc_column_text]

Hace unos meses nos propusieron ir a vivir una experiencia de voluntariado con las hermanas del Sagrado Corazón en Chile. No conocíamos nada del país pero estábamos dispuestas a involucrarnos de pleno con la cultura y gente.

Llegamos a Michaihue a finales de Julio del 2019 y nos instalamos en la casa de voluntarios junto a la de las religiosas. Íbamos sin expectativas sobre nuestra labor pero con muchas ganas de participar en todo lo que nos propusieran.
La primera semana fue de adaptación; conocimos la comuna, la fundación, el Colegio Sagrado Corazón, Concepción, la comida típica…

Las siguientes semanas fueron intensas. Todas las mañanas acudimos al Colegio Boca Bio Bio Sur situado en la comuna más cercana. Cada una de nosotras ayudaba a dar clase en un aula de 4º básico. Para los niños y niñas éramos un centro de interés; nos preguntaban sobre nuestro país, las tradiciones, famosos, deportes, educación.. Poco a poco nos ganamos su confianza y esto llevó a que nos compartieran sus realidades las cuales nos impactaron mucho. Estos días con ellos hemos aprendido que a pesar de que las cosas no vayan del todo bien en sus casas, llegan a clase con una sonrisa y con ganas de aprender para salir adelante.

Los martes y sábados por la tarde impartíamos clases de inglés en el Colegio del Sagrado Corazón a un grupo de haitianos. Mientras hablábamos con ellos entendimos lo difícil que es migrar a otro país, dejando atrás a la familia y los amigos, por la falta de oportunidades que hay en el suyo. Nos gustó mucho su interés por seguir aprendiendo para luchar por un trabajo más digno. Fue una experiencia muy bonita y esperamos que nuestra aportación les sea útil para su futuro. Admiramos que el colegio forme no sólo a las estudiantes sino que coopere de manera gratuita con este colectivo. Además, hemos conocido más de cerca a algunos miembros del equipo de pastoral con los que hemos reído mucho.

Las tardes de los miércoles asistíamos al taller de Breakdance. Pasamos súper buenos momentos con ellos bailando, jugando y cantando, ya que se crea un espacio de mucha confianza donde los niños expresan lo que llevan dentro a través del cuerpo.

Las Arañitas se reunen los jueves a tejer, charlar y tomar la once juntas. Compaginar niños y mujeres adultas mayores nos aportaba una visión general de cómo son las familias allí. Compartir esas horitas con ellas, no sólo nos ha enseñado a tejer sino que también la importancia que tiene para ellas esos encuentros con amigas.
El taller de los viernes de las Domoches está centrado en trabajar con género. Además de juntarse y compartir sus anécdotas como una pequeña familia, venden sus trabajos aportando a su economía.
Nos ha llamado la atención la valentía de las mujeres de ambos grupos, su alegría, energía y compañerismo.

Queríamos agradecer a todas su tiempo, y en especial a la Señora Lumila y la Señora Aura que nos han abierto las puertas de sus casas. Gracias a su humildad y hospitalidad nos hemos acercado a la cultura chilena y a las realidades y dificultades que afrontan cada día.

Por otro lado, en un ambiente muy saludable donde se trabajan valores y buenos hábitos a través de juegos y dinámicas, los sábados por la mañana la fundación ofrece su espacio a los más pequeños. Los monitores voluntarios tienen un papel fundamental en este proyecto, son un ejemplo para los niños y niñas y éstas semanas también lo han sido para nosotras. Quisiéramos ser un poco más como ellos, dando sin esperar nada a cambio!

Para nosotras ha sido muy enriquecedor convivir con Naty, Gloria, Olinka, Mané y Ofelia. Nos llevamos muy buenos recuerdos de todos los momentos vividos juntas. Hemos visto en ellas unas auténticas servidoras de Dios con su cercanía, cariño, naturalidad y entrega a los demás. Esperamos que el haberlas conocido nos haya contagiado su modo de actuar y ver la vida. No olvidaremos nunca su buen humor, las cenas compartidas, las aventuras en el coche y en la micro, el comedor social de la parroquia, la oración cantada, los paseos, las misas, las fiestas de cumpleaños…

Para acabar, nos gustaría volver a dar las gracias a todas y cada una de las personas con las que nos hemos ido encontrando en este camino, por abrirnos el corazón, por su tiempo, por su hospitalidad y por su generosidad. Un trocito de nosotras se queda en Michaihue pero nos llevamos de vuelta a Barcelona muchas sonrisas, anécdotas, charlas, vocabulario nuevo, lugares y recuerdos…
Si ahora nos preguntasen qué atesoraríamos en nuestro corazón para siempre, sin pensarlo contestaríamos que la gente (y la comida jeje)!!!

Ha sido un placer formar parte de estos proyectos y ver como poco a poco han ido creciendo. Nosotras recomendamos esta experiencia al 100% para que a otros, al igual que a nosotras, les aporte un aprendizaje personal impresionante.

Una y mil veces más GRACIAS POR TODO!

Con cariño,
Belén Canals e Isa Carbó

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Ir al contenido