«Una luz en la noche de Roma» reseña de Rosa Carbonell, rscj

Jesús Sánchez Adalid, Una luz en la noche de Roma, Harper Collins Ibérica, 2023 

Uno  no elige ser escritor, es la escritura quien te elige

 

Con estas palabras  inicia Jesús Sánchez Adalid un relato al que empezó resistiéndose, pero al que acabó sucumbiendo. Como él mismo reconoce, no era un tema que le interesara especialmente y que ya ha sido tratado hasta la saciedad. Pero los acontecimientos se fueron sucediendo… 

La obra es casi un diario que comienza el 21 de mayo de 1943 y termina el 4 de  junio de 1944, poco más de un año, que abarca el periodo de la dominación nazi en Roma y la caída de Mussolini. Y durante ese tiempo el lector se pasea por Roma, a veces huyendo, a veces contemplando, como hacen los protagonistas Gina Daureli y Betto Zarfati, casi adolescente de buena familia ella, y jovencísimo judío comunista él, que se encuentran por casualidad en la Tratoria Angelino, en la Piazza Margana, el día que ella acude con sus compañeros de clase a celebrar su graduación.  

No son los únicos. En la Isla Tiberina unos Hermanos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios regentan un hospital en el que trabaja como enfermera Orlena Daureli, hermana de Gina, y un grupo de médicos laicos. Junto con todos ellos asistiremos al primer bombardeo de Roma por los aliados el 19 de julio de 1943, que destruyó el barrio de San Lorenzo y a donde acudió Pío XII para visitar y solidarizarse con las víctimas, una imagen que quienes somos mayores hemos contemplado muchas veces…  

reseña Rosa CarbonellY participamos en la recogida de los cincuenta quilos de oro que los nazis exigieron a los judíos de Roma para no molestarlos, algo que no cumplieron, como vimos en aquella película “Escarlata y negro”, protagonizada por Gregory Peck. Y asistimos a la declaración de Roma como “ciudad abierta”, título que Roberto Rossellini dio a la que filmó en 1945,movido por una fuerte necesidad de narrar los acontecimientos recientes”, nada más acabar la guerra, que deberíamos volver a ver porque pone imagen a la novela de Sánchez Adalid… 

Podemos seguir. Y nos enteramos del atentado de los partisanos contra los nazis en la Via Rasella, y de la redada que siguió y que trajo consigo la matanza de las Fosas Ardeatinas… 

Esta es la historia que constituye el contexto de una ocurrencia genial para salvar a judíos y a políticos opuestos al fascismo: los enfermos del hospital han sido atacados por un virus muy grave y contagioso, y los médicos, sirviéndose de él, consiguen que nadie entre a inspeccionar. Los frailes mantienen la distancia de seguridad cuando aparece la policía o algún miembro del Partido, y los supuestos enfermos tosen lo más fuerte que pueden cada vez que hay peligro…  

Pero lo más sorprendente es que al final del libro nos enteramos de que muchos de los protagonistas existieron, no son invención del autor ni aparentemente tienen nombres falsos, y que este consiguió entrevistarse con sus descendientes. Y en el epílogo se nos informa de lo que les vivieron después de la guerra Fray Leonardo y Fray Mauricio, y los doctores Borromeo, Salviucci y Ossicini, y Don Didier Nobels, secretario de Propaganda Fide, algunos de ellos galardonados posteriormente por su heroico comportamiento. 

En resumen, una novela para empaparse de historia y para llevarla en la mochila en cualquier viaje a Roma. 

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