Un motivo de esperanza: Vacunas contra el Covid 19

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Hace ya casi 14 meses, muchos nos encerramos en casa para poner el único freno seguro que sabíamos en aquel momento al virus COVID-19.

Desde casa, acompañamos lo mejor que pudimos a todo el personal sanitario, y todos los demás profesionales responsables de los servicios esenciales, en su entrega desmedida a la atención y cuidado de las necesidades más primariamente vitales.

Al mismo tiempo, se mantuvo una actividad frenética en los laboratorios dedicados a la investigación en el desarrollo de vacunas y a un mayor conocimiento de la biología de los virus, en particular del COVID-19. Así, se han podido obtener, en tiempos récord, nuevos test para el diagnóstico rápido de la infección por el COVID-19, mejoras en los tratamientos contra la enfermedad y en cómo ponerle barreras. Esto no habría sido posible sin el trabajo y los conocimientos acumulados durante muchos años de experiencia, fruto de un sinfín de fracasos y de éxitos previos.

Para comprender mejor cómo es el COVID-19 y cómo infecta las células, cómo funciona nuestro sistema inmune y cómo son las vacunas más conocidas contra el COVID-19 podéis consultar el artículo adjunto a través de este enlace. A mí me ha apasionado y me sigue apasionando ir conociendo más y mejor todo lo relativo a este virus, sus consecuencias, cómo surgen variantes, cómo nuestro organismo genera inmunidad, la mantiene, cómo las vacunas lo activan para protegernos…

¿Por qué han ido cambiando las medidas de protección y los protocolos de actuación contra el COVID-19?

Los avances que, semana a semana, se han ido haciendo en esos ámbitos, han contribuido a que las medidas sanitarias aplicadas hayan ido cambiando progresivamente y a diferentes niveles, tanto en los hospitales como en la vida más cotidiana. Y es que… aunque resulte chocante para muchos, una característica de las contribuciones de la ciencia es que son temporales. Por ello, recomendaciones basadas en información existente se ven modificadas cuando se entiende algo que no se entendía antes o se entendía de manera diferente.

¿Cómo ha sido posible fabricar vacunas fiables en menos de un año?

Ha sido necesaria una inversión de una ingente cantidad de millones de euros, tanto de dinero público como de privado. Solo la Comisión Europea, ya en mayo 2020, movilizó 1000 millones de euros para financiar proyectos de investigación sobre vacunas, tratamientos y diagnóstico contra el COVID-19.

Además, para llegar a mínimos del tiempo necesario para el desarrollo de vacunas eficaces contra el COVID-19, se llevaron a cabo de manera simultánea, fases de la investigación que en condiciones normales se realizarían siguiendo una lógica progresiva. Es muy de agradecer que el producto haya sido un éxito, pues el riesgo que esto ha supuesto ha sido elevadísimo. Me explico: hasta ahora, solo la superación adecuada de una fase 1 en la investigación de un tratamiento suponía el avance hacia una fase 2 y así progresivamente, se iban sucediendo los pasos, uno detrás de otro. En los últimos meses, se ha supuesto que la fase 1 de estudio de algunas vacunas tendría el resultado esperado y se han realizado al mismo tiempo los ensayos de fases 2 y 3. Además, se ha llegado de manera acelerada a acuerdos que han permitido adelantar las fases administrativas requeridas para la autorización de nuevos tratamientos.

Toda esta inversión económica y humana, apoyada en el trabajo de más de 30 años de investigación, ha hecho posible que procesos que hasta ahora requerían 10 o hasta 15 años, hayan llegado a buen término en tan solo unos meses.

Covid 19

Covid 19

¿Qué es y qué pretende el mecanismo COVAX?

También allá por el mes de abril del 2020 tuvo sus inicios la iniciativa conocida como iniciativa o mecanismo COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, por sus siglas en inglés: COVID-19 Vaccines Global Access). Esta iniciativa tiene como objetivo la vacunación equitativa y justa para todos, bajo el lema: nadie está a salvo si no estamos todos a salvo, si uno está en riesgo, todos estamos en riesgo. Y es que, hasta que los países con menos recursos no consigan acceder a las vacunas, no será posible frenar definitivamente el avance del COVID-19.

Dicho de otro modo, COVAX pretende acelerar que la tan nombrada inmunidad del rebaño sea una realidad global. Para ello, es necesario que el 70-80% de la población mundial esté vacunada.

¿Por qué los beneficios de vacunarse superan a los riesgos? ¿Por qué es importante que el 70% de la población mundial esté vacunada para acabar con el COVID-19? ¿Qué significa alcanzar la inmunidad del rebaño?

Alcanzar este logro es muy importante, pues con la inmunidad colectiva se consigue contener los contagios incluso entre las personas no inmunizadas y proteger así a los más vulnerables, ya sea porque por alguna razón no pueden ser vacunados o por ser más sensibles al virus y a los efectos más adversos de la enfermedad que ocasiona.

Además, cuando se alcance la inmunidad del rebaño a nivel mundial también disminuirán las posibilidades de aparición de variantes nuevas del virus.

Por tanto, facilitar que esto sea posible resulta ser responsabilidad de todos: vacunándonos no solo nos protegemos a nosotros mismos, sino que también contribuimos a la protección de los demás, a que disminuyan los contagios y sus consecuencias entre los más vulnerables.

Una vez más parece que este virus, que tanto sufrimiento y dolor ha traído, nos trae también una nueva oportunidad de ser más humanos y más hermanos unos de otros.

Mamen Díaz, rscj

Dibujos: Andrea López

 

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