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Triduo Pascual

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Jueves Santo

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por Dolores Aleixandre RSCJ

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Subir a “la habitación de arriba” y mirar a Jesús levantándose de la mesa, cambiando el lugar donde se sientan los señores por aquel en que se mueven los que sirven, situándose en ese otro ángulo de mirada.

Desde esa otra perspectiva se ven de cerca el barro, el polvo, el mal olor, la suciedad…,  todo eso que los sentados a la mesa ignoran o piensan que no les concierne. A ras del suelo y en contacto con los pies de los demás, se produce un cambio de plano que revela lo elemental de cada persona, su desnudez, las limitaciones de su corporalidad. Jesús se había quitado el manto  y, con él, toda pretensión de poder o dominio. Con la toalla ceñida y de rodillas,  como el último de todos,  iba lavando los pies de sus discípulos. Era esa su manera de disponerse a recibir “el Nombre sobre todo nombre” (Fil 2,9).

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Situarnos junto a él ahí, tratando de darnos cuenta de qué cambia en nuestra manera de relacionarnos cuando nos ponemos en esa otra posición…

Tomar conciencia de cuándo “elegimos mesa”: posturas  en las que nos sentimos importantes y reconocidos…Dirigir nuestra mirada a “otros” lugares, esos en los que se mueven los que no tienen acceso a la mesa, la cultura, la vivienda, la educación, la sanidad, las oportunidades…

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