Sofía Barat quiso desarrollar en sus alumnas la consciencia de la realidad que les rodeaba por Patricia Argibay
Del contenido del curso ¿Qué te ha sorprendido?
A pesar de ser antigua alumna, de haber hecho los cursos de Nuevos en los que aprendemos sobre la Historia del Sagrado Corazón y sus principios educadores, gracias a este curso he podido profundizar en muchos aspectos que desconocía o conocía superficialmente. Una de las cosas que más me ha sorprendido es la amplia Historia de la Congregación a nivel nacional e internacional, llena de momentos difíciles a lo largo de los tiempos, de los han sabido renacer y gracias a los que han ido renovando su espíritu. La fuerza de su Fe en Jesús las ha vuelto más fuertes en los reveses que han ido surgiendo y gracias a ellas estamos hoy aquí todos los educadores del Sagrado Corazón. Han sabido ver desde sus inicios la importancia de la educación de la mujer, en aquella época, para así poder cambiar el mundo y la importancia de que los niños/as puedan disfrutar de una infancia con una educación plena en todos los aspectos: académico, personal, social y espiritual.
¿Qué has descubierto de Filipina Duchesne?
Una de las cosas que más me sorprendió de Filipina Duchesne fue su capacidad para continuar adelante a pesar de las dificultades a las que se enfrentó. Ella realmente pensó que no había alcanzado todos los objetivos que se había planteado en su misión de llevar el amor al Corazón de Jesús por tierras americanas. Pero yo creo que no fue realmente consciente del gran impacto que causó en aquellas personas que estuvieron a su alrededor. Su huella ha sobrevivido hasta hoy en día. Fue la “semilla de mostaza” que creó la que es, hoy en día, una gran red de colegios a nivel internacional.
La intuición educadora de Sofía Barat, ¿sigue siendo necesaria hoy?
La gran capacidad de cambio que tuvo siempre Sofía Barat, hace que su intención educadora se adapte bien a todos los tiempos. Hoy en día más que nunca se busca la educación personalizada en el niño/a, tanto por parte de los educadores como por parte de las familias, algo en lo que creía firmemente Magdalena Sofía: “La fundadora pidió a la Madre Anna de Roussier que se asegurase que cada una de sus alumnas era atendida como si fuera única: así debe ser, cada padre tiene el derecho de exigírnoslo.” Sofía Barat quería desarrollar ya de aquella manera en sus alumnas el sentido y el gusto por la reflexión, que fuesen conscientes de la realidad que les rodeaba y supiesen analizarla con un espíritu crítico para así poder cambiar poco a poco el mundo. Esta idea sigue muy en auge en nuestros días. No es fácil analizar nuestra realidad con la multitud de estímulos que se nos presentan. Por ello es tan importante la forma de educar el espíritu crítico que tenemos en los colegios de la Fundación Sofía Barat. Debemos hacer que nuestros alumnos/as sean también capaces de desarrollar esa capacidad de análisis y reflexión del mundo tan complicado que nos rodea hoy en día y del que se hace urgente cambiar algunas cosas, tal y como lo hizo en su momento Magdalena Sofía Barat y siempre acompañados del amor al Corazón de Jesús.
Patricia Argibay, Sagrado Corazón Placeres
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