Poco me imaginé en mi primera juventud que la educación marcaría tan profundamente mi persona. Siempre pensé que una experiencia no muy fructífera como catequista de Primera Comunión me alejaba del horizonte educativo.

Así, mi primera experiencia laboral en Cristianisme i Justícia, aparentemente, no tenía mucho de educadora… pero sí era profundamente transformadora en favor de una sociedad mejor y más justa. Y, ¿educar y transformar no van de la mano?
En un cambio de etapa se me dio la posibilidad de estrenarme en la educación formal, con gran temor de mi entorno, porque todos sabemos que no son tiempos favorables para la valoración del trabajo en el aula. Desde entonces, y ya van más de veinte años, la educación se ha convertido en mi campo base para desarrollar mi pasión por el Reino, mi creatividad, y muchos otros dones que he recibido. A través de las clases, y de la amplia red social que posibilita un colegio, he aprendido de mí y de los demás, de los propios errores, he superado dificultades y desarrollado capacidades que nunca imaginé.

Tal vez, lo que más me impacta es ser testigo del crecimiento de mis alumnos, con los que entro en contacto a los 13 años y que tengo el privilegio de acompañar hasta los 17. Es como cuidar una flor y percibir que el tallo tierno del principio, se convierte en fuerte y alto casi como un milagro. Y aunque en algunos somos testigos de auténticos milagros, en la mayoría hay tesón, hay esfuerzo, hay confianza y paciencia, mucha paciencia.


Como religiosa del Sagrado Corazón me sé parte de una cadena de mujeres que hemos recibido la intuición educadora de Magdalena Sofía. Con nosotras, muchos laicos, mujeres y hombres, se sienten parte de este mismo carisma y misión. Es una suerte vivir esta gracia compartida.
Educación en el aula, en la calle, en una escalera de vecinos, en una asociación… Múltiples y diversas oportunidades para contemplar la vida que empuja, siempre valiente y tenaz.

Teresa Gomà, rscj
Entrega de “Sarmientos” propuesta de formación online para la Familia del Sagrado Corazón

Ir al contenido