FAMILIA DEL SAGRADO CORAZÓN

Ser Artesanas de Esperanza en nuestro Mundo Bendecido y Roto

JUSTICIA, PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN

Lecturas de la tercera semana de Adviento:
Isaias 61:1-2a, 10-11 // 1 Tesalonicenses 5:16-24 // Juan 1:6-8, 19-28

Nos invitan a regocijarnos en la venida de nuestro Dios. En medio de una pandemia global, crecientes conflictos, pobreza, desastres climáticos, racismo y todas las formas de injusticia, nuestras lecturas describen el mundo que esperamos. Estamos llamadas/os a participar en la realización de este mundo diferente, un mundo que vendrá cuando vivamos en la plenitud de la visión de Dios.

El Espíritu del Señor está sobre mí… para dar una buena noticia a los que sufren… Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace germinar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y su fama frente a todos los pueblos.
Isaías 61:1,11

La Guía de Reflexión publicada en línea por la oficina de “Maryknoll Global Concerns” nos invita a ver el tercer domingo de Adviento como un llamado a la conversión ecológica. Esto significa actuar desde la convicción de que el bienestar de la tierra y 1 nuestro propio bienestar espiritual y social son uno. Nuestra primera lectura nos llama a aprender de un jardín para ayudar a crear un mundo alternativo.

EN ORACIÓN, VOY HUMILDE AL “JARDÍN”
PARA APRENDER SOBRE LA MISIÓN POR LA QUE HE SIDO UNGIDA/O.
ABRO MI MENTE Y MI CORAZÓN PARA EXPERIMENTAR LA ALEGRÍA EN LA ESPERANZA QUE DIOS VENDRÁ A MÍ EN EL “JARDÍN”.

¡El Evangelio de Juan es un llamado a la alegría porque aquel a quien esperamos, está entre nosotros!

Entre ustedes hay alguien a quien no conocen, que viene detrás de mí;
y no soy digno de soltarle la correa de su sandalia.. (Juan 1:26)

EN MI CONTEXTO, ¿QUIÉN LLAMA A SER RECONOCIDO?

En nuestro documento JPIC, Ser Artesanas de la Esperanza en Nuestro Mundo Bendecido y Roto, leemos sobre la alegría que proviene de esperar un mundo mejor. Estamos llamadas/os a “cuidar nuestra casa común y en nuestro anhelo de transformación nos alienta cuando el Papa Francisco dice: “Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no
nos quiten el gozo de la esperanza”. (Laudato Si’ #244).

En el mismo documento, nos hacemos preguntas que podemos adaptar y llevar a nuestro “jardín” durante esta 3ª semana de Adviento:

  • ¿Esperamos con gozo que llegue la visión que Dios tiene del mundo?
  • ¿Que los poderosos serán humillados y que el clamor y la angustia de la tierra y la gente serán escuchados?
  • ¿Esperamos con gozo en nuestra oración, conversaciones y apostolados?
  • ¿Esperamos con alegría que nuestros pasos concretos den la bienvenida a las personas en movimiento, ayuden a los afligidos y contribuyan a la reconstrucción de sus vidas?
  • ¿Esperamos con alegría que nuestros análisis y acciones ayuden a prevenir sistemáticamente o al menos contribuir a atenuar el impacto de estas formas de sufrimiento? (adaptado de la p. 23)

¡Con María, esperemos con alegría!

Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humillación de su esclava y en adelante me felicitarán todas las generaciones.
Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí, su nombre es santo. Su misericordia con sus fieles se extiende de generación en generación…

Colma de bienes a los hambrientos
y despide vacíos a los ricos.
Socorre a Israel, su siervo,
recordando la lealtad,
prometida a nuestros antepasados,
en favor de Abrahán
y su descendencia para siempre.
Lucas 1:46-48, 50, 53-54

Durante esta tercera semana de Adviento, a pesar de las limitaciones por la pandemia actual y ser conscientes de un mundo fracturado, no dejemos de esperar con alegría que Dios está entre nosotras/os, que nuestro mundo también sea bendecido y que la visión alternativa de Dios del mundo viene.
Aquí hay dos sugerencias concretas para practicar la esperanza con alegría: ¿Hay alguien entre nosotros que no experimente gozo en su corazón por la relación con el mundo natural? Por ejemplo, una planta en mi habitación, un paseo por el bosque, un baño en el océano, plantar un jardín.

  • Pasar tiempo con un «vecino» en su entorno natural. Escuchar lo que le has aprendido de tu entorno sobre la visión de Dios de un mundo diferente, basado en la justicia y la alabanza.
  • Comparte tu alegría con alguien de tu familia, comunidad, apostolado…

Es en el espíritu de GOZO que encendemos nuestra tercera vela de Adviento, confiando nuevamente en que:

El Señor hará brotar la justicia y su fama frente a todos los pueblos. (Isaías 61:11)

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