“¡Oh noche que guiaste! De la inhospitalidad al encuentro.” Carlos María Antunes 

Un libro que me ha hecho volver al “lugar del fuego”, ese que en ocasiones sentimos arder en el corazón cuando vamos con otros de camino, es el del monje cisterciense de Sobrado, Carlos Maria Antunes: ¡Oh noche que guiaste! De la inhospitalidad al encuentro” (Sal Terrae, 2023).  

Es una perla que recomiendo vivamente. Su lucidez sobre la condición humana, la experiencia íntima de la misericordia que trasluce, la belleza en las expresiones de este monje de origen portugués que ama la poesía (“sólo un Dios herido puede curarnos”), y esa potencialidad que nos descubre que es, precisamente, en nuestras vergüenzas y opacidades, en aquello que “pagaríamos” para que no formara parte de la trama de nuestra vida, donde se esconde la abertura a la gracia, a ese amor que se ahonda y multiplica cuanto mayor es la vulnerabilidad donde busca posarse. Los encuentros se producen en tierras de fragilidad: “Es desde lo más frágil que Jesús mira el mundo”, y este hermoso libro nos invita a elegir los márgenes (personales, sociales, religiosos) como punto de mira: “lo que hay de pobre en nosotros -asumido, y amado, y vivido con gratitud- nos acerca a la pobreza del otro”, y descubrimos sobrecogidos que ese es el único lugar donde verdaderamente nos encontramos.