Esta película de Oriol Paulo se ha convertido en una de las sorpresas del año. Una puesta en escena de la famosa novela de Torcuato Luca de Tena de 1979 que aporta algo diferente al cine y que por el momento, ha sido premiada con seis nominaciones a los Goya.

El edificio abandonado de la Tabacalera de Tarragona se convierte en un excelente escenario para ese psiquiátrico en el que ingresa una mujer que debe resolver un crimen. El desarrollo de la trama, como si de un puzle se tratara, nos adentra en la ambigüedad de la locura/cordura, con unos límites a menudo difíciles de trazar. Nos llegaremos a sentir uno más de ese centro, encerrados por sus paredes, sin poder salir de un bucle que nos engulle… y que convierte la visión de la película en un deleite que nos atrapará desde el principio hasta el final. Y todo ello, en una España saliendo del franquismo, con la tentación de mantener modos y mentalidades de la dictadura, obviando nuevos tiempos de mayor luz y libertad.