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La vida en la residencia de Padua

Me proponen, desde la comisión de Comunicación, escribir algo de mi experiencia aquí en Padova, y aquí estoy, dispuesta a llevarlo a cabo. Me dicen que pueda interesar, y eso ya no depende de mí. Lo que vivo a mí me interesa mucho y también lo que recibo de otras experiencias. ¡Es una riqueza tan grande y las misiones apostólicas son tan diferentes..!

Nuestra residencia está a tope, no hemos tenido ni una habitación libre y este año con una nueva riqueza de países: Dos chinas, dos iranianas, una turca, dos españolas de Alicante, una brasileña de Sao Paulo, una de Haití, una albanesa y el resto de toda Italia, de Norte a Sur. Ya había dicho que esta Universidad es la segunda de Italia, pero en algunas facultades, como Medicina, Psicología o Farmacia es considerada la primera.

Me llama la atención la responsabilidad en los estudios de estas chicas. Por la mañana van a las facultades, vienen a comer. Algunas tienen clases por las tardes, pero el silencio que se vive en las horas de estudio es asombroso. Las chicas son conscientes de que a sus padres les cuestan mucho los estudios, el mantenerlas fuera de casa, los viajes, etc. y actúan en consecuencia.

Hay algunas becas de estudio, pero pocas. Las extranjeras, es decir, las no italianas, hacen sus facultades en inglés, porque hay algunas que no hablan italiano.

El ambiente es fenomenal, ellas mismas dicen que se vive un espíritu de familia, esto me encanta, pues desde que llegué quise colaborar en ello pensando en la Santa Madre. Y cuando se van y escriben mensajes, muchas hacen referencia a este espíritu de familia que echan de menos.

La relación entre ellas es de amistad, solidaridad, confianza. Yo también tengo con ellas una linda relación de confianza. Es un regalo y un milagro a mi edad poder relacionarme con estas chicas de una manera tan cercana y con tanta confianza.

Al tener mucho que estudiar no tenemos muchas actividades. Seguimos en colaboración con los colegios de chicos de los franciscanos, cuyo director es español, casado con una italiana. Tenemos cine-fórum, algunas Eucaristía al año y fiestas que preparamos juntos, y en nuestra residencia tenemos un grupo de oración, eucaristías cada 15 días. Es la eucaristía comunitaria abierta a las chicas que quieren venir. Esto es nuevo de este año. Cada año damos un pequeño paso. Una de las chicas, una vez a la semana, dirige un grupo de jezzercise, una mezcla de baile y gimnasia. Padova es una ciudad que tiene cantidad de posibilidades culturales, recreativas y sociales. De hecho algunas de las nuestras participan en ellas.

La fiesta de la residencia es el 25 de mayo. Fiesta de Sofía. Ahí echamos el resto. Tenemos una solemne eucaristía muy preparada junto con los chicos, que ya conocen a Sofía, la fundadora, como ellos dicen y luego cena de catering y gran fiesta con música, baile, etc.

Solamente decir que para mí está siendo una experiencia tremendamente enriquecedora y que nunca pensé que, a mis años, me llegara este regalo y esta bendición.

Gracias a las que me habéis pedido este compartir y a quienes lo habéis leído. Un abrazo y rezad, un poquito, por esta misión.

Pilar Jiménez-Carlés, rscj. Padua 

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