La cultura en tiempos del virus por Enric Gomà, escritor

De entrada, debemos preguntarnos qué entendemos por cultura. Si somos creadores o profesionales de la industria cultural, el covid-19 es nuestra ruina: las salas cerradas, los conciertos suspendidos, un descenso vertiginoso en la venta de libros. Los únicos a los que les va bien son las plataformas de audiovisual, con un aumento de clientes muy importante: la cultura que se consume en casa.

Ahora bien, si somos lectores o espectadores como la inmensa mayoría de ciudadanos, ese parón de la industria cultural deberíamos vivirlo con más tranquilidad –aunque lo lamentemos, claro-. Durante los meses de confinamiento, somos muchos los que hemos ido a echar un vistazo a nuestras librerías domésticas en busca de un buen libro: obras que compramos en su momento y no leímos o que deseamos releer. La cultura tiene unos 3.000 años –arrancó con Homero- y como lectores y espectadores tenemos un universo a nuestro alcance. No nos podemos alimentar con la comida de los siglos XVII y XVIII, debemos comer comida fresca. Pero en cambio la cultura no se ciñe estrictamente al presente más estricto: podemos leer y ver obras de otros tiempos, desde los días antes del virus (obras contemporáneas) a La Odisea –que leyendo un canto cada día, es perfectamente leíble-. Es más, el virus nos ha mostrado la endeblez del sistema frenético de novedades en el que estábamos inmersos: libros, cine, teatro, etc. (Nota aparte, les recomiendo leer teatro: disfrutarán de obras magistrales que nunca verán, porque no las representarán en su ciudad).

El virus nos ha mostrado cómo vivíamos demasiado pendientes de las novedades, de calidad muy desigual. Ya sé la importancia que tienen los fenómenos culturales –todos vemos el mismo cine y leemos los mismos libros para compartirlo con los otros, fenómeno no muy diferente de cuando sale Belén Esteban en Sálvame-. Pero el patrimonio cultural de la humanidad es inmenso y es bueno adentrarse en él. Aunque sea solo. La cultura nos ayuda a entendernos y a entender el mundo. En la vida, es importante leer 50 buenos libros y ver 100 buenas películas. Solo hay que ordenarse un poco y tener curiosidad (y paciencia con los ritmos narrativos de antaño). Que el covid-19 no nos mine las ganas de aprender y disfrutar de la cultura, mientras esperamos volver a acudir a librerías, museos, salas de cine, teatro y música. Con más ilusión y sed renovada.

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