Entrevista a Juliette Nakoye, rscj

Me llamo N’guémta Nakoye Mannta (Juliette). Tengo 47 años. Soy profesora de filosofía y religión, responsable de la biblioteca Amadou Hampâté en la parroquia de Sainte Joséphine Bakhita d’Atrone I, responsable de la pastoral vocacional en la archidiócesis de Yamena, miembro de la pastoral vocacional en nuestra congregación y acompañante en la Comunidad de Vida Cristiana (CVX).

¿Cuál ha sido tu experiencia personal del Capítulo en este formato virtual?

Entrevista a JulietteMi experiencia personal del Capítulo en este formato virtual (tanto las reuniones previas como las sesiones capitulares) es de escucha, de unidad en la diversidad, de apropiación de la tecnología al servicio de la fe, la esperanza y la caridad: vivir la comunidad de bienes, la vida comunitaria y los votos de forma diferente. Hoy en día, vivir en comunidad no significa necesariamente vivir bajo el mismo techo. Puedo vivir físicamente lejos de otra rscj y estar más en comunidad con ella porque tenemos el mismo apostolado y por tanto vivimos más o menos las mismas experiencias. Nos comunicamos a través de videoconferencias u otras redes… y esto nos hace cercanasEsta nueva forma de vivir está relacionada con el lema de nuestro Capítulo especial: «Mirad que hago algo nuevo«. En este Capítulo he experimentado una atmósfera de discernimiento con relación a las nuevas maneras de vincularnos con otras entidades. Es leer los signos de los tiempos para responder mejor a las necesidades de la época actual: con la pirámide de edades de las rscj, y dada la disminución del número de hermanas, pues cada año un cierto número de nosotras entra en la plenitud del Amor de Dios. Es también un signo de los tiempos apropiarse de las tecnologías de la información y la comunicación para anunciar a Cristo con fe, caridad, esperanza y para trabajar en la pastoral vocacional 

¿Qué destacarías de las decisiones y orientaciones resultantes?

La decisión mayor es la llamada a vivir el discernimiento (a nivel personal, local, internacional), la corresponsabilidad con un estilo de liderazgo colegiado, sinodal, circular, en una actitud de profunda escucha de Dios en uno mismo y a nuestro alrededor, estar dispuesto a dejarse llevar, a vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús sabiendo que el Señor nos guardará al ir, al volver, ahora y siempre jamás. Pues Dios, que nos llama, hace nuevas todas las cosas y ¡Él es fiel! 

Ir al contenido