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Fiesta de Santa Rosa Filipina

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El próximo 18 de noviembre celebramos la fiesta de Santa Rosa Filipina. Muchos de nosotros la conocemos como la pionera del Sagrado Corazón en América. Sin ella, la Sociedad tal vez nunca hubiera salido de Europa, y hoy nos faltaría uno de nuestros rasgos más característicos, la internacionalidad.

Rosa Filipina fue una mujer recia, voluntariosa y obstinada. Abogada de las causas imposibles, su vida fue un sinfín de obstáculos y dificultades. Pero como su misma liturgia señala, solo si el grano de trigo cae y muere, da fruto.

Rosa Filipina hoy se sentiría abrumada por el fruto de su insistencia: con su padre, un ilustrado anticlerical; ante el monasterio abandonado en Grenoble; con Sofía para que la dejara partir; con el obispo Dubourg en Missouri y sus promesas incumplidas; con algunas hermanas con las que disentía en América; con los jesuitas que finalmente facilitaron su misión durante un solo año con los indios en la recta final de su vida…

A pesar de ello, o gracias a todo ello, Rosa Filipina sentiría hoy que el esfuerzo valió la pena y que sin duda se necesitaba una mujer como ella para una tarea como la que afrontó. Hoy, tenemos 24 colegios en Estados Unidos-Canadá, miles de alumnos y antiguos alumnos que han sido educados según nuestro estilo educador, numerosas religiosas, asociadas y laicos unidos por un mismo carisma, y dedicados también a la labor social, espiritualidad…

Celebremos su fiesta, reconozcamos su don, vayamos con ella siempre más allá de nuestro mundo conocido y daremos mucho fruto.

Teresa Gomà, rscj

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