Experiencia de trabajo con migrantes en Chile de Celia Salinas Ramos, rscj

Para comprender a los demás y caminar juntos, necesitamos entrar en su realidad y desplazarnos para hacer experiencia de lo que viven (Capítulo General RSCJ 2008)

¿Por qué Chile? Es la pregunta que he hecho a varias personas que me he encontrado en este sector suburbano de Reñaca Alto, Viña del Mar. “Es más fácil, hay oportunidad de trabajo, tengo conocidos que migraron hace más tiempo”, son algunas de sus respuestas. Los hay venezolanos, haitianos, colombianos y de Republica Dominicana. Algunas son familias completas, otras se vinieron solas o con algún familiar.

Lo similar, es que están llegando a las nuevas tomas. Normalmente hacen guetos, es decir, en la misma toma hay varios paisanos, incluso familiares, de esta manera van compartiendo las problemáticas, se van ayudando a solucionarlas, se ayudan a ir adentrándose a la cultura, celebran sus festividades, cocinan algo tradicional y se lo comparten. Para algunos más que otros, es difícil la adaptación, pero más difícil la aceptación de parte de algunos chilenos. Son vistos como quienes les quitan los trabajos y beneficios del Estado.

Al ser yo también extranjera y religiosa, considero mi entrada más sencilla. Ha sido la permanencia y constancia en los lugares donde están, lo que me ha posibilitado ganarme su confianza, que me inviten a entrar a sus hogares, que me compartan algunas de las dificultades que tienen con sus familias, con los vecinos, apuros sobre todo económicos y en salud.

Ha sido a través de la organización y desarrollo de actividades de huertos familiares y reforzamiento escolar con sus hijos, la manera en que les he visto acercarse, ubicarse como vecinos, invitarse a sus fiestas, intercambiar plantas y semillas. Sin embargo, los desafíos de relación y adaptación continúan. Su esperanza es tener un hogar y trabajo estable para mandar un poco de dinero a quienes se han quedado en su país.

Mi contribución, simplemente es ser instrumento de unidad y vínculo entre ellos, con otros, así como canalizar ayudas que se ofrecen para saberse contenidos. Estoy muy agradecida por su apertura, por hacerme sensible a esta realidad de migración y por lo que voy aprendiendo de sus culturas a través de esta relación con ellas y ellos.

Celia Salinas Ramos rscj (México)
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