Experiencia Bantabá verano 2023 por María Bilbao

experiencia Bantabá verano 2023 María BilbaoDigo experiencia Bantabá porque no es un lugar, no es un centro de alfabetización,…es mucho más.

Después de 37 años en el mundo de la enseñanza, la mañana antes de la primera clase estuvo llena de nerviosismo, inseguridad…Primera lección de humildad. El respeto por ese alumno desconocido y la duda sobre si podré darles lo que necesitan.

A partir de ahí todo fluyó; en las clases, en la casa…

El apoyo de Fátima, Blanca y Edith ha sido fundamental. Prestas a ayudarnos en la búsqueda de recursos, en hacernos entender lo que es preciso en cada caso, facilitando el trabajo en todo momento. Ángeles de la Guarda que desde la discreción, cerca pero dejando autonomía, han hecho que a lo largo de los días hayamos ido creciendo en seguridad y destreza.

Los alumnos han sido un regalo. Cansados después de su jornada de trabajo en los invernaderos, llegan llenos de dignidad al aula; recién duchados, aparentemente “frescos”, ávidos de aprender, interesados, atentos. Participan activamente, nos reímos y disfrutamos de ese tiempo de oasis, de reposo en el que aprenden desde la lectura, la escritura hasta las conjugaciones más complicadas de los verbos. Los que saben más ayudan a sus compañeros, dejan su trabajo para atender al de al lado de una manera desinteresada. Agradecen el “espacio Bantabá”, un lugar donde encuentran una Comunidad que no sólo enseña sino que escucha y se moviliza en la búsqueda de soluciones. Una Comunidad que les hace reconocerse como personas.

La convivencia con Blanca, Pilar y Marina, las otras voluntarias, ha sido mágica. Nos conocimos en Las Norias pero el engranaje fue perfecto: organización de comidas, duchas, recursos, experiencias, sentimientos, vivencias, sueños, temores…La vida entre nosotras fue creciendo en confianza y profundidad posiblemente como resultado de ese momento en que,al final del día, exhaustas, el Evangelio nos ayudaba a encontrar el sentido y a poner palabras a lo vivido.

Hemos cerrado la quincena emocionadas por saber que hay personas buenas que ayudan a esos/esas valientes que abandonan lo conocido y seguro de sus lugares de origen para buscar un futuro mejor al que tienen derecho como habitantes de una tierra que nos ha sido dada a todos por igual. Aunque no siempre lo parezca o se nos olvide por los privilegios a los que estamos acostumbrados como blancos europeos.

Un alumno nos dijo: “Bantabá no es una escuela, es una familia”. Por Dios…es la semilla que cae en terreno fértil y da fruto.

Agradezco la oportunidad de haber vivido la “experiencia Bantabá” confiada en que me ayude e inspire para colaborar en que “venga a nosotros tu Reino” en lo que más cerca me competa.

Ir al contenido