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Comentario de la liturgia

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domingo 16 de junio

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Juan 16, 12-15

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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: <<Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará.>>

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Los caminos de la santidad son múltiples y se recorren a través de los pequeños acontecimientos concretos de cada día, procurando en cada situación un acto de amor. SAN JUAN PABLO II

[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Los padres capadocios, allá por el siglo IV, expresaron hermosamente qué significa que nuestro Dios es intercambio mutuo y compromiso apasionado, una relación de amor creciente, multiplicadora y creativa. Gregorio Nacianceno nombraba a la Trinidad como <<Triple luz, único esplendor>>, y exhorta a su amigo en una carta:

<<Tienes una tarea, la tarea de encontrar la verdadera luz, de encontrar la verdadera altura de tu vida>>. Vivimos insertos en un flujo continuo de luz y amor incesantes que nos vincula con cada criatura. La Trinidad es nuestra madre y compañera, nos enseña que no podemos ser felices solos, nos alienta para que no perdamos nada que tenga algo que ver con el amor. Celebrar su fiesta implica comprometernos en un modo de vivir vinculado, que se deja afectar por lo que les ocurre a los otros. Recordemos a Isabel de la Trinidad: <<Hay un ser, el Amor, que nos invita a vivir en sociedad con Él…, nos permite en este mundo entrar en su vida íntima… ¡Oh, Dios mío, Trinidad, a quien adoro! ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Ti>>.

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