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Comentario de la liturgia

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domingo 1 de diciembre

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Mateo 24, 37-44

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En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: <<Cuando venga el Hijo del hombre pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre>>.

[/vc_column_text][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

El comienzo del Adviento nos dispone a darnos cuenta de cómo vivimos y a tomar conciencia del modo en que nos situamos; a preguntarnos cuánto nos importan los pobres y pequeños, a reconocer si vamos con nuestras <<espadas>> escondidas en nuestra mirada – donde miramos, clavamos y murmuramos- o si pedimos una mirada atenta que <<ara y poda>> y posibilita que la realidad pueda dar su mejor fruto.

Me contó una compañera de trabajo que su niño de tres años le había preguntado <<Mamá, ¿por qué miras más el móvil que las cosas?>>. Esta pregunta le había impactado y tomó la decisión de dejar el móvil lejos cuando estaba con él, de estarle mucho más presente.

En la luminosidad del domingo, la memoria de Carlos de Foucald puede quedar ensombrecida, pero nos hace bien recordar la extraordinaria gratuidad de su vida para iluminar nuestra espera. Me impresionó descubrir que su balance final entre los tuaregs fue la conversión de un africano y una anciana. ¡Qué poca cosa a nuestros ojos y qué ofrenda tan tremendamente valiosa para Dios! Su memoria cura nuestras pulsiones de eficacia y rendimiento. Fue un hombre puro de corazón, un hermano tierno de todos. Excelente compañero para <<caminar a la luz del Señor>>.  

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