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Comentario de la liturgia

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domingo 7 de marzo

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por Manu García de la Rasilla

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Evangelio: San Juan 2, 13-25

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Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: <<Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre>>. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito. <<El celo de tu casa me devora>>. Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: <<¿Qué signos nos muestras para obrar así?>>. Jesús contestó: <<Destruid este templo, y en tres días lo levantaré>>. Los judíos replicaron: <<Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?>>. Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

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“Subimos con esperanza la escalada cuaresmal…” estamos cantando estos domingos al comienzo de la Celebración comunitaria en nuestros pueblos.

Y el evangelio de hoy, según San Juan, nos presenta a Jesús “SUBIENDO” a Jerusalén al comienzo de su anuncio del Reino de Dios. Y en el templo “arrasa” con lo que hay…”lo habéis convertido en cueva de ladrones…”¿Nos quiere recordar la necesidad de “purificar” nuestras costumbres y tradiciones cuaresmales y de culto de Semana Santa para seguir el camino emprendido el miércoles de ceniza y poder llegar a la Resurrección?

El Dios de Jesús no está en el “trapicheo” de dinero, negocios, explotación… que a veces podemos hacer en nuestras iglesias y costumbres. Está en el templo de su cuerpo…”, JESÚS, su Persona, el ser humano “vosotros sois piedras vivas…” “vosotros sois Cuerpo de Cristo”….Entrar en su proyecto, seguir sus pasos… En Jesús todos podemos entrar, nadie está excluido, no hay razas, género ni pueblos elegidos ni excluidos, a no ser los preferidos, los necesitados de amor y de vida.

Su entrega por amor es esa presencia permanente del AMOR DE DIOS en nuestro mundo y en cada uno de nosotros, sobre todo en los más necesitados.

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