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Comentario de la liturgia

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domingo 7 de febrero

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por Mª del Carmen Cervera

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Evangelio: San Marcos 1, 29-39

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Después salió de la sinagoga y con Santiago y Juan se dirigió a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo hicieron saber enseguida. Él se acercó a ella, la tomó de la mano y la levantó. Se le fue la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando se puso el sol, le llevaron toda clase de enfermos y endemoniados. Toda la población se agolpaba a la puerta. Él sanó a muchos enfermos de diversas dolencias y expulsó a numerosos demonios, a los que no les permitía hablar, porque lo conocían.

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Del Evangelio a la vida. De la vida al Evangelio

En el Evangelio, a través de sus palabras y actitudes, de su relación con las personas, la Naturaleza y las cosas, descubrimos  el Corazón de Jesús entregado al Padre y a la humanidad” (Const.19)

 

 Todas las barreras caen ante Jesús, y la miseria humana se acerca a Él:

“Salía de  Él una fuerza para curar” (Lc.6, 19) Porque:

 “Tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias” (Is.53, 4)

 

 . Jesús cura con gestos humanos  de ternura y cuidado como a la suegra de Pedro:

                                                    ”Se acercó, la tomó de la mano, la levantó”

. Jesús cura a la vez el cuerpo y el espíritu:

                                               “Curó a muchos enfermos y expulsó demonios”

. No separa la curación de la predicación:

                              ”Predicaba en las sinagogas y expulsaba demonios. Para eso he venido”

. Su poder curativo no tiene fronteras:

                          “Le Llevaban a todos…la población entera se agolpaba…todos te buscan”

. Su fuerza curativa está vinculada al Padre:

                                             “De madrugada se fue a un lugar solitario a orar”

 

Jesús no pasa de largo ante el sufrimiento humano, lo  acoge en su  Corazón  compasivo, rico en misericordia.

Hoy la humanidad   entera está sumergida en la enfermedad, el dolor, la incertidumbre económica, resuenan en ella los latidos del Corazón de Dios que estamos  llamados a escuchar:

 

Llegamos a contemplar y sentir la realidad con su Corazón” (Const.21)

“Nos acercamos a Él con todo lo que constituye nuestra  vida,

  Los  sufrimientos y esperanzas de la humanidad “  (Const.20)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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