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Comentario de la liturgia

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domingo 6 de octubre

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Lucas 17, 5-10

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En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: <<Auméntanos la fe>>. El Señor contestó: <<Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «Enseguida, ven y ponte a la mesa»? ¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú»? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer>>».

[/vc_column_text][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

El envoltorio de esta breve historia puede parecernos desconcertante. Inmediatamente después de acoger la petición de los discípulos, Jesús les hace entrar en una dimensión capital para entender nuestro modo de situarnos ante Dios y lo absolutamente gratuito de esa relación.

Él no nos debe nada, no es su obligación <<sentarnos a la mesa>> y servirnos; al contrario, somos nosotros los que debemos prestarle servicio y alabanza. No nos toca a nosotros  ser señores, sino criaturas, siervos que no esperan otra recompensa, puesto que hacen aquello que están destinados a hacer. Sin embargo, hay una sorpresa debajo de esta historia, porque Jesús irá más allá; se ceñirá, nos servirá y nos lavará los pies. ¡Con cuánto agradecimiento actuará en adelante aquel siervo que se siente acogido así por su señor cuando descubre que lo hace por puro gusto, por puro amor! ¿Cómo sería nuestro servicio, y nuestras relaciones, si manaran de esta fuente? ¡Somos unos siervos tan afortunados! ¿Podremos hacer lo que toca conscientes de tanto don? ¿Ayudarnos unos a otros a reavivarlo en nosotros?

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El trabajo es un esfuerzo fraternal, es la mejor manera de probar el amor por los hermanos, responde a las exigencias de la justicia social y de la caridad. Una parte importante de la educación debería consistir en descubrir el sentido social de cada trabajo, pues el conocimiento de la finalidad del esfuerzo hará más interesante el trabajo mismo. SAN ALBERTO, SJ

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