Se ha jubilado en junio 2023. Ha sido Jefe de estudios de Primaria y coordinador de Pastoral en el colegio de Sagrat Cor – Diputació (Barcelona)
Jn 15, 9-17
Como el Padre me amó así yo os he amado: permaneced en mi amor.
Si cumplís mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he dicho esto para que participéis de mi alegría y vuestra alegría sea colmada.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os amé.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace el amo. A vosotros os he llamado amigos porque os comuniqué cuanto escuché a mi Padre.
No me elegisteis vosotros; yo os elegí y os destiné a ir y dar fruto, un fruto que permanezca; así, lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederé.
Esto es lo que os mando, que os améis unos a otros.
En el evangelio de este domingo de Pascua el mensaje de Jesús es claro y diáfano: “que os améis unos a otros como yo os amé”. No hay ninguna duda ni confusión sobre su contenido. No es la primera vez que Jesús habla en estos términos y en los evangelios aparece a menudo este mandamiento. Jesús no nos pide que le amemos a él o que amemos a Dios, sino que amemos a los demás. Amar al estilo de Jesús es ir más allá del sentimiento, implica firmeza y una voluntad consciente de realizarlo. “El amor cristiano tiene siempre la característica de ser concreto. Por tanto, es un amor que está más en las obras que en las palabras, y más en el dar que en el recibir.” (papa Francisco 2014). Los educadores sabemos lo difícil que es amar a aquellos alumnos problemáticos y conflictivos, o que no tienen ninguna gracia, y no digamos a aquellas personas que no nos caen bien o que nos han perjudicado en algún momento. Pero ellos también son hijos de Dios, y cómo cambian cuando se sienten amados, escuchados y tenidos en cuenta. Es un amor fecundo, transformador, que dignifica a la persona y que cuida la vida y la hace crecer, incluso en medio de las dificultades: “yo os elegí y os destiné a ir y dar fruto, un fruto que permanezca”. Sin amor no es posible hacer realidad el proyecto de Dios para la humanidad.
Un texto me viene a la cabeza y que complementa el evangelio de hoy, es la primera carta de Pablo a los Corintios (1 Cor 13), en que trata de las características del amor. Aporta más detalles de qué es amar al estilo de Jesús, un amor totalmente opuesto a la concepción del amor, superficial, egocéntrica e interesada que impera en nuestra sociedad. Es una lectura habitual en las bodas, pero aplicable a todo tipo de relación entre personas. La considero una lectura de cabecera, especialmente para los educadores, que ayuda a hacer una buena revisión de vida.
Me parece muy bueno el comentario:.
Lo importante es amar a los hermanos!
Y el amor tiene q ser comprensivo, no se irrita, no tiene cuentas del mal.etc etc