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Comentario de la liturgia

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domingo 4 de diciembre

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por Javi Usoz

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Evangelio: San Mateo 3, 1-12

[/vc_column_text][vc_column_text]En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea, proclamando:
  —Arrepentíos, que está cerca el reinado de Dios.
  Éste es a quien había anunciado el profeta Isaías, diciendo:
  —Una voz clama en el desierto:
  Preparad el camino al Señor,
  allanad sus senderos.
  El tal Juan llevaba un vestido de pelos de camello, con un cinturón de cuero en la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
  Acudían a él de Jerusalén, de toda Judea y de la comarca del Jordán, y se hacían bautizar en el río Jordán por él, confesando sus pecados.
  Al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizara les dijo:
  —¡Raza de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar de la condena que se avecina? Dad frutos válidos de arrepentimiento y no os imaginéis que os basta decir: Nuestro padre es Abrahán; pues yo os digo que de estas piedras puede sacar Dios hijos para Abrahán. El hacha está ya aplicada a la cepa del árbol: árbol que no produzca frutos buenos será cortado y arrojado al fuego.
  Yo os bautizo con agua en señal de arrepentimiento; pero detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no tengo derecho a llevarme sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
  Ya empuña el bieldo para aventar su era: reunirá el trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que no se apaga. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Preparad el camino del Señor.  Dos mil años más tarde, el Bautista nos sigue urgiendo a preparar caminos que nos permitan acoger a Jesús entre nosotros…. Y al reinado de Dios.                                                 

Si solo somos “la gente, fariseos, saduceos” muy contentos de sabernos hijos de Abraham, difícilmente nos moveremos a promover los signos del reino que Jesús practicaba:  la acogida a los más débiles, la compasión hacia los que sufren, la creación de una sociedad reconciliada, el ofrecimiento gratuito del perdón, la defensa de toda persona. 

Preparad el camino del Señor. ¿Cómo escuchar ese grito en la Iglesia hoy? ¿Cómo abrir caminos de encuentro con él? Solo un contacto más vivo con su persona nos “tocará” el corazón. La doctrina no toca el corazón, no convierte ni seduce.             

El resucitado sí. Ojalá en medio del desierto espiritual de la sociedad moderna, sepamos como cristianos acoger la Buena Nueva de Jesús, dándole a él la oportunidad de penetrar con su fuerza en nuestros problemas, miedos, alegrías y esperanzas. Porque él bautiza con Espíritu Santo y fuego. 

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