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Comentario de la liturgia

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domingo 31 de mayo

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por Oriol Cabezuelo

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Evangelio: San Juan 20, 19-23

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Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice:
   —Paz con vosotros.
  Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
  Jesús repitió:
   —Paz con vosotros. Como el Padre me envió, así yo os envío a vosotros.
  Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió:
   —Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los mantengáis les quedan mantenidos.

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Nos situamos en el mismo día de la Pascua, al atardecer, con los discípulos temerosos de las represalias de los judíos.

Comienzo a leer y ,como siempre, el evangelio arroja luz. El texto empieza con una clara descripción de la situación actual que vivimos: “estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo de los judíos”. Ahora el miedo viene en forma de virus y nuestras casas se han quedado cerradas. El miedo lo inunda todo, no podemos salir y cuando salimos nos escondemos detrás de una máscara.

Jesús cuando llega, se pone en medio de ellos, como en una eucaristía. Se pone en medio, para decirnos algo, para quitarnos el miedo y darnos fuerzas para seguir. La palabra de Jesús no puede quedarse encerrada por miedo al qué dirán, o a cómo reaccionarán los demás…debe ser difundida. Para ello, les enseña el costado, mostrándoles que realmente ha sido crucificado y ha vencido a la muerte. Y no solo eso… les anima a seguir. Hace hincapié en el “sopló sobre ellos” recordando al origen de la vida (Gn2,7: “Entonces Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma, sopló en su nariz y le dio vida”). Es decir, estamos delante de un Jesús que ha vencido la muerte y transmite a sus discípulos ese aliento de vida para seguir adelante y vivir según su palabra y obra. Igual que Dios hizo con Jesús, ahora es Jesús quien lo hace con sus discípulos, que también somos nosotros y nosotras. ¿Y cómo se vive esta palabra? ¿Cómo se transmite? La pista que nos da tiene que ver con la paz y el perdón. Estas son las herramientas con las que contamos para que triunfe el amor en lugar del odio. Somos todos y todas, las que con nuestra actitud de perdón a los demás haremos grande el reino de Dios aquí y ahora. En nuestro día a día, debemos ser testimonios de esa vida que Jesús nos propone, no solamente como algo teórico sino vivido en todas nuestras acciones. ¿Debemos cambiar algo?…

Señor dame fuerzas para hacer frente a mis contradicciones e incoherencias y ser cada día un poquito mejor.

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