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Comentario de la liturgia

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domingo 3 de mayo

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por Manu García de la Rasilla

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Evangelio: San Juan 10, 1-10

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Os lo aseguro:
   —El que no entra por la puerta en el redil, sino saltando por otra parte, es ladrón y asaltante. El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. El portero le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas detrás de él, porque reconocen su voz. A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños.
  Esta es la parábola que Jesús les propuso, pero ellos no entendieron a qué se refería.
  Entonces, les habló otra vez:
   —Os aseguro que Yo soy la puerta del rebaño. Todos los que vinieron [antes de mí] eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

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ACERTAR CON LA PUERTA

Una canción que nos gusta mucho en las Comunidades rurales con las que comparto el anuncio del Evangelio dice así:

Las puertas de tu casa están abiertas, abiertas de par en par; de par en par abiertos tus brazos siempre están.

Y llegamos a tu casa y sentados a tu mesa, escuchamos tu palabra y comemos de tu pan. Y, esperando en tus promesas y en tu amor que nunca falla, disfrutamos de tu cena y de tu hospitalidad. Y en ambiente de familia nos revelas tus designios, nos descubres tus caminos en un clima de amistad. Y en amor y en confianza albergamos la esperanza de traer a otros amigos a que coman de tu pan.”

“Os aseguro, yo soy la puerta de la ovejas” dice Jesús: entrar por Jesús, abrirnos a su Amor, a su Reino, a su modo de Vida nos dice San Juan que es: salvación-seguridad, es libertad, es alimento (Jn 10, 8-9) Entrar por Jesús no nos hace sentirnos “confinados”. Pero sí necesitamos poder “entrar y salir” para “traer a otros amigos a que coman de tu pan”, a que sientan su Amor que salva, alienta, acoge, da seguridad a los que aquí seguimos y da la VIDA definitiva a los que se han marchado a SU CASA.

Entrar por Jesús no nos hace sentirnos “confinados” Share on X

No nos confundamos de puerta. La de Jesús es la que se ha abierto en la mayoría de nosotros en estos días intentando ofrecer también salvación, libertad y alimento a aquellos que más lo necesitan.

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