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Comentario de la liturgia
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domingo 3 de enero
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por Patricia del Águila
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Evangelio: San Jn 1, 1-5. 9-14
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En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Todo existió por medio de él, y sin él nada existió de cuanto existe. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilló en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. El Verbo era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre, y estaba viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo existió por él y el mundo no lo reconoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio poder de ser hijos de Dios: quienes no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino de Dios. Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
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Palabra
Vida
Luz
Incomprensión
Desconocimiento
Rechazo
Capacidad
Filiación
Persona
Lealtad
Fidelidad
Estos términos han conectado conmigo al leer esta lectura, como cuando la niebla se va disipando y se puede empezar a captar contornos, estas palabras se han dibujado con nitidez; y nos invitan a recorrer una ruta:
Si nos fijamos, los primeros son neutros pero tendemos a asociarlas con lo positivo. Los segundos, en cambio, pueden interpretarse con facilidad como negativos. Finalmente esta lectura nos ofrece ese tercer grupo de términos que, de nuevo, tendemos a asociar con lo positivo. Si hiciéramos un sencillo juego de niños, podríamos decir que “ganan” (son claramente mayoritarios) los términos positivos. Nos invitan a dejarnos llevar por la magia de la esperanza. Lo que a mí me sugiere esta lectura es un paralelismo con nuestro mundo, con nuestro tiempo, con nuestra existencia: ¿Podría cualquier trayectoria contemplarse desde esta lectura, desde estos tres grupos de términos, desde ese alternarse lo positivo y lo negativo, y ese triunfo final de la esperanza? ¿Nos estará invitando esta lectura a ello? No se nos pretende consolar ingenuamente diciéndonos que “todo va a ir bien”, como tantas veces escuchamos y la intuición se niega a aceptar, porque no todo va bien siempre, porque quizás no sea posible, ni siquiera se trate de eso… Más bien el mensaje que se nos da, y quizás estamos invitados a ofrecer, es que hay altibajos, conflictos, dificultades, negaciones, pérdidas,… forman parte del juego, y caminar con Dios no nos evita esto, pero nos invita a mirar más allá del punto en el que estamos, a ampliar la mirada, y contar con que ahí no queda todo, contar con algo más que, precisamente por estar donde estamos, no podemos ver, como cuando hay niebla. Pero HEMOS VISTO, y queremos seguir creyendo que veremos… cuando se vaya disipando la niebla…
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