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Comentario de la liturgia

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domingo 3 de diciembre

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por Cecilia Ribas

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Responsable de pastoral del colegio de Sarrià

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Evangelio: San Marcos 13, 33-37

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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

[/vc_column_text][vc_single_image image=»12437″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Normalmente aviso a MªDolors cuando la voy a visitar a la residencia; pienso que, si lo sabe con antelación, empezará a disfrutar antes de mi llegada. 

Pero aquel día no la pude llamar y, aunque no tenía mucho tiempo, decidí ir igualmente a verla y darle una sorpresa. Seguro que le encantará, pensé: 

-Buenas tardes, MªDolors. Qué sorpresa, ¿no? 

– ¿Sorpresa? Ninguna, Cecilia. Tú ya estabas aquí, conmigo.  

– Ah- le contesté algo cortada. 

– “Es que cada día pienso en ti y en tu familia. A veces miro vuestras fotos; otras, cuando estoy sola en la habitación, me gusta recordar nuestros momentos más íntimos. Te siento siempre tan cerca, que no he tenido una sorpresa”.  

Al escuchar estas palabras, me quedé muy impresionada; ella nunca me pide nada, ni me dice que está sola, ni me pregunta impaciente cuándo iré. Ella simplemente me espera. 

Leyendo el pasaje del 1er Domingo de Adviento, pienso que esta anécdota es como una versión “en positivo” de su Evangelio: MºDolors me espera porque le hace ilusión verme; le motiva mi llegada, más allá de si se duerme o de si llego inesperadamente. Y por ello, su espera es activa, de pensar, recordar y contemplar para tenerme siempre presente. 

Señor, ¿a quién espero este Adviento? ¿Cómo es mi espera? ¿Por qué? Ayúdame a pensarte, rezarte y contemplarte para que cuando llegues, no puedas darme una sorpresa. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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