[vc_row][vc_column][vc_column_text]

Comentario de la liturgia

[/vc_column_text][vc_column_text]

domingo 29 de octubre

[/vc_column_text][vc_column_text]

por Uri Hosta

[/vc_column_text][vc_column_text]

Profesor de Bachillerato y responsable de Comunicación del Sagrat Cor Sarrià. He estado vinculado con proyectos RSCJ, como Bantabá 

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_separator][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Evangelio: San Mateo 22, 34-40

[/vc_column_text][vc_column_text]

Al enterarse los fariseos de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron alrededor de él; y uno de ellos, [doctor en la ley] le preguntó maliciosamente: 
  —Maestro, ¿cuál es el precepto más importante en la ley? 
  Le respondió: 
  —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el precepto más importante; pero el segundo es equivalente: 
   Amarás al prójimo 
   como a ti mismo. 
  Estos dos preceptos sustentan la ley entera y los profetas. 

[/vc_column_text][vc_single_image image=»12252″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

DESDE

El último día del curso pasado, Javier Meloni, sj,  nos animó al claustro de profesores a hablar “no tanto DE Jesús, sino DESDE Jesús”; pero es relativamente fácil confundir estas preposiciones.  

Nos confundimos cuando nos refugiamos en la seguridad de las normas, y hablamos de Jesús con la misma distancia que lo hacían los fariseos. Ellos no entendieron que la norma por excelencia que rompe con todo se llama amor; por ello, Jesús nos invita a hablar desde el corazón, que es en realidad el idioma de la acción. 

Intento leer el Evangelio desde mi propia vida y me pregunto ¿Qué podría defender hoy un “doctor de la ley”? Quizás justificaría la existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), ¿Y qué diría Jesús al respecto? Jesús tendría muy clara la preposición y hablaría desde el corazón de los más vulnerables y distinguiría entre la legalidad oficial y la legalidad del amor. Esa sería su justicia y su modo de proceder: recordarnos que cada ser humano merece respeto, independientemente de su origen. 

Su ley sería firme, rotunda y estaría por encima de cualquier otra: amar hasta el extremo y al prójimo como a ti mismo.  

¿Por qué nos cuesta tanto distinguir entre “hablar de” y “hablar desde” Jesús?  Tal vez sea porque en la actualidad Jesús está encerrado o naufragando en el mar. 

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Ir al contenido