Jn 15, 1-8 

Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Los sarmientos que en mí no dan fruto los arranca; los que dan fruto los poda, para que den aún más fruto. 
  Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he dicho. 
  Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no permanece en la vid, tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 
  Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: quien permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; pues sin mí no podéis hacer nada. 
  Si uno no permanece en mí, lo tirarán afuera como el sarmiento y se secará: los recogen, los echan al fuego y se queman. 
  Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que queráis y os sucederá. Mi Padre será glorificado si dais fruto abundante y sois mis discípulos.

Tomado de  F. JALICS, sj: Ejercicios de contemplación. Ediciones Sígueme, 1994.  (pp. 206-208)  

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