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Comentario de la liturgia

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domingo 21 de noviembre

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por Pilar de la Herrán, RSCJ

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Evangelio: San Juan 18, 33-36

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Entró de nuevo Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: 
   —¿Eres tú el rey de los judíos? 
  Jesús respondió: 
   —¿Lo dices por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí? 
  Pilato respondió: 
   —¡Ni que yo fuera judío! Tu nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 
  Contestó Jesús: 
   —Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis soldados habrían peleado para que no me entregaran a los judíos. Ahora bien, mi reino no es de aquí. 
  Le dijo Pilato: 
   —Entonces, ¿tú eres rey? 
   Jesús contestó: 
   —Tú lo dices. Yo soy rey: para eso he nacido, para eso he venido al mundo, para atestiguar la verdad. Quien está de parte de la verdad escucha mi voz.

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Las categorías de “rey” y “universal” no son fáciles de comprender en la actualidad.  

Jesús vivió de dos palabras que fueron el reflejo de su interior, la expresión de su oración, de su contacto con Dios: Abba y el Reino o Reinado de Dios. 

Abbá, Padre, como un niño llama a su padre; Reino o Reinado como la promesa de un mundo de justicia, de amor y de paz. Promesa y tarea para cada uno de nosotros, seguidores de Jesús. 

Y Jesús es Rey desde la cruz, desde la entrega absoluta que le acarreó una muerte ignominiosa. Una cruz desde la que dijo: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado? Y también: en tus manos entrego mi vida, en un doble movimiento de sentirse abandonado y lejos de Dios, y de entrega confiada en un segundo momento. 

A Jesús lo mataron por hacer vivo y presente en su vida, el Reinado de Dios. Murió una muerte violenta. Las autoridades de entonces, como muchas de ahora, no soportaron su vida, su verdad. 

Y en el diálogo que hoy nos presenta san Juan, ser rey es ser testigo de la verdad. Quien está de parte de la verdad escucha mi voz, nos dice hoy Jesús. 

¿Esta escucha nos moviliza hacia un mundo más justo? ¿más parecido a lo que Él quiere? ¿ponemos más amor en lo cotidiano? Pidámoslo. 

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