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Comentario de la liturgia

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domingo 19 de julio

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por Manu García de la Rasilla

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Evangelio: San Mateo 13, 24-40

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Les contó otra parábola:
   —El reinado de Dios es como un hombre que sembró semilla buena en su campo. Pero, mientras la gente dormía, vino su enemigo y sembró cizaña en medio del trigo, y se marchó. Cuando el tallo brotó y empezó a granar, se descubrió la cizaña.
  Fueron entonces los siervos y le dijeron al amo: Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿De dónde le viene la cizaña? Les contestó: Un enemigo lo ha hecho.
   Le dijeron los siervos: ¿Quieres que vayamos a arrancarla? Les contestó: No; que, al arrancarla, vais a sacar con ella el trigo. Dejad que crezcan juntos hasta la siega. Cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña, atadla en gavillas y echadla al fuego; luego recoged el trigo y guardadlo en mi granero.

  Les contó otra parábola:
   —El reinado de Dios se parece a una semilla de mostaza que un hombre toma y siembra en su campo. Es más pequeña que las demás semillas; pero, cuando crece es más alta que otras hortalizas; se hace un árbol, vienen las aves del cielo y anidan en sus ramas.

  Les contó otra parábola:
   —El reinado de Dios se parece a la levadura: una mujer la toma, la mezcla con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
  Todo esto se lo expuso Jesús a la multitud con parábolas; y sin parábolas no les expuso nada.
  Así se cumplió lo que anunció el profeta:
   Voy a abrir la boca
pronunciando parábolas,
profiriendo cosas ocultas
desde la creación [del mundo].

  Después, despidiendo a la multitud, entró en casa. Se le acercaron los discípulos y le dijeron:
   —Explícanos la parábola de la cizaña.
  Él les contestó:
   —El que sembró la semilla buena es este Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los súbditos del Maligno; el enemigo que la siembra es el Diablo; la siega es el fin del mundo; los segadores son los ángeles.
  Como se recoge la cizaña y se echa al fuego, así sucederá al fin del mundo.

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Y les propuso estas parábolas…Según nos dice el evangelista Mateo, parece que los discípulos de Jesús comprendieron bien la comparación del grano de mostaza y la levadura en la masa, porque solo pidieron aclaración de la otra parábola que les contó….

Jesús, como siempre, utiliza las cosas de la vida del campo, del pueblo, para explicar su mensaje. No usa la imagen del cedro majestuoso del A.T.: quiere que descubramos la presencia salvadora desbordante del Amor de Dios en lo escondido, en lo pequeño, en el fondo de la vida, de las personas y ahí encontraremos sombra, cobijo, masa para transformar desde dentro de manera callada y oculta. Así es Jesús: no impone sino que transforma, no domina sino que atrae y ofrece…

Me gusta otro detalle: el grano de mostaza lo siembra “uno”; la levadura es la mujer la que la amasa con la harina…, con delicadeza, paciencia  para unirla bien hasta que todo fermente…..

Y desde el Amor inmenso de su Corazón no querer arrancar lo que nos parece negativo:…dejar que la sombra  del arbusto y la masa fermentada llegue a transformar la cizaña en trigo y se vaya haciendo presente el Reino de Dios en este nuestro mundo.

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