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Comentario de la liturgia

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domingo 17 de mayo

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por Asun Contreras

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Evangelio: San Juan 14, 15-21

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Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo pediré al Padre que os envíe otro Valedor que esté siempre con vosotros: el Espíritu de la verdad, que el mundo no puede recibir, puesto que no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, pues permanece con vosotros y está en vosotros. No os dejo huérfanos, volveré a visitaros.

Dentro de poco el mundo ya no me verá; vosotros, en cambio, me veréis, porque yo vivo y vosotros viviréis. Aquel día comprenderéis que yo estoy en el Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. Quien conserva y guarda mis mandamientos, ése sí que me ama. A quien me ama lo amará mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.

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Lo esencial es el amor y el cuidar al otro

En este tiempo de Pascua, Jesús vuelve a acercarse a los discípulos y a nosotros con sus palabras: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. Jesús nos vuelve a invitar a amar, a descubrir quién es, a confiar, a sentir que hay alguien que nos cuida y nos protege. Y después de esa relación que existe, nos anima a seguirle y a tener un encuentro con Él. Y lo realiza a través de sus mandamientos, desde una guía y nunca desde una imposición u obligación.

El formar parte de una vida con Jesús es un regalo, que muchas personas hemos descubierto, otras están en camino y algunas de ellas no tendrán la oportunidad de hacerlo. Pero no cabe duda, que en estos tiempos de confinamiento, de incertidumbre, de alarma, de dolor que nuestro mundo y nuestros corazones sufren, hay luz y un arco iris que nos cuida y nos da la fuerza y la esperanza que ansiamos en este momento. Muchos lo hemos vivido en estos últimos tiempos, y hemos sentido al Padre, al Hijo y al Espíritu de la Verdad (“Paráclito” como aparece en el Evangelio de hoy) en esa fuerza que ha brotado de nuestro corazón ante tanta dificultad.

Este domingo podemos mirar a Jesús y hacerle presente en nuestra vida aún más, con la mirada de ojos abiertos, con los olores de la primavera, con la escucha alentadora y con palabra de amor hacia los demás. Os invitamos a cuidarse y a cuidar del otro con el corazón y con Jesús. Buen domingo a todos.

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