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Comentario de la liturgia

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domingo 16 de febrero

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por Javier Usoz

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Evangelio: San Mateo 20, 20-22.28-28.33-34.37

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Porque os digo que si vuestro modo de obrar no supera al de los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el homicida responderá ante el tribunal. Pues yo os digo que todo el que se enoje contra su hermano responderá ante el tribunal.

Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo que quien mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

Vosotros, también, habéis oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y cumplirás tus juramentos al Señor. Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es trono de Dios;

Que vuestra palabra sea sí, sí; no, no. Lo que se añada luego procede del Maligno.

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“Se dijo a los antiguos, pero yo os digo”

Se os dijo…, pero yo os digo…

Se os dijo…  A muchos de nosotros se nos dijo que lo esencial era cumplir los mandamientos (y no somos tan antiguos). Más vale que incluso la sabiduría popular captaba que eso no podía ser. Había en una tienda de cerámica muchos azulejos con frases de todo tipo, y en uno de los azulejos ponía: “Si en el sexto no hay perdón, ni en el séptimo rebaja, ya puede nuestro Señor llenar el cielo de paja” ¿Qué habría sido de nosotros si nos hubiéramos quedado ahí? No respiraríamos mejor que los letrados y fariseos, constreñidos ellos.   

Pero yo os digo… ¡Qué bueno que viniste! Y nos dijiste lo esencial, lo  verdaderamente importante: cómo es Dios, Padre-Madre misericordioso, cómo es su plan para nosotros. Que lo que cuenta es el corazón, hacer justicia, reconciliarnos, acoger al otro, atender con preferencia a los desfavorecidos. Y lo dijiste con autoridad. Con la autoridad que te dio el Padre (“Este es mi Hijo: escuchadle”). Y con la autoridad de una vida entregada sin reservas. Desde entonces, es más importante escucharte bien que estar preocupados por la Ley. Solo el amor cuenta. “Pero yo os digo…”: « Eres amado/a por un amor infinito, haz tú lo mismo: ama con un amor desbordante, perdona, reconcíliate, date, escucha,…  “Ama, y haz lo que quieras” (San Agustín) »!

Javier Usoz

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