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Comentario de la liturgia

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domingo 14 de marzo

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por Pepita García Romero

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Evangelio: San Juan 3, 14-21

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En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: <<Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. En que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obran eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

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Cuaresma Tiempo de Gracia, Tiempo de Misericordia…

2021: En plena epidemia de nuestro siglo la Palabra de Dios sigue viva en nosotros, en su iglesia peregrina, Pueblo de Dios, sembrando esperanza. También en esta situación de pandemia: de encerramiento y  falta de salud, falta de trabajo y de una sana economía a nivel mundial, entonces viene esa Palabra de Dios a mi mente, a mi corazón: “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor” (sal 26) y siento que me da vida, esperanza. Sin esta esperanza, ¿podríamos acaso vivir?

Y ahí sigue nuestro Dios saliendo a nuestro encuentro, somos  su pueblo elegido. Estemos atentos, Él sale a nuestro encuentro y no viene a juzgarnos sino a ofrecernos la salvación, y lo hace desde su Misericordia y su Gracia: “Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.

Cuaresma: Tiempo de Misericordia

“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna”.

A esta vida eterna estamos llamados. Solo una cosa lo puede impedir: el pecado. Y por ello la liturgia cuaresmal nos acerca a esa conversión que el Señor nos pide para estar con Él; sin miedo, ¡acerquémonos a pedirle perdón por nuestros pecados!…Él nos dará luz para verlos, mostrándonos a la vez su cercanía, su ternura… ¡Su Misericordia! Él nos dará el dolor por nuestros pecados, nos hará sentir el arrepentimiento, porque conoce nuestra fragilidad, pero esto no es un obstáculo para recibir su perdón. Vayamos con sencillez y humildad a la fuente del perdón. Su Misericordia es eterna y nos espera.

Sí. Cuaresma es Tiempo de Misericordia y de Gracia. Y es tiempo propicio de conversión.

Nos dice el salmista:
“Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la Vida” (sal 26)
¿Será cierto? ¿Es esa nuestra Esperanza?

¿Qué respuesta le estoy dando yo a Dios en esta Cuaresma de 2021 ante tanto Amor recibido? Ha venido, viene a salvarnos y a ofrecernos la Vida Eterna.

Ojalá sea nuestra respuesta la conversión que Él nos pide. “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”

¡Feliz Pascua de Resurrección!

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