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Comentario de la liturgia

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domingo 13 de octubre

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Lucas 17, 11-19

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Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: <<Jesús, maestro, ten compasión de nosotros>>. Al verlos, les dijo: <<Id a presentaros a los sacerdotes>>. Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: <<¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?>>. Y le dijo: <<Levántate, vete; tu fe te ha salvado>>.

[/vc_column_text][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Me adentro en la escena como si presente me hallase, reconociendo mis situaciones de lepra: lo que excluyo, lo que rechazo en los otros, lo que no me gusta mirar, lo que descarto en mí porque no se corresponde con la imagen que quisiera tener.

Conectar con esas realidades y suplicar al Maestro. Pedir gracia para poner verdad en nuestra vida y, desde ahí, pedir compasión. Jesús nos urge a no quedarnos con los brazos cruzados, sino a movernos: <<Mientras iban de camino, quedaron limpios>>. El camino de nuestra vida es un camino para sanar. Diez leprosos fueron limpiados, pero solo uno experimentó salvación. Tras la curación, solo él vuelve a exponer su gratitud y el narrador tiene cuidado en señalar que era samaritano, era del que menos se esperaba. Tomó conciencia de la curación, <<viendo que estaba sanado>>, y brotó el agradecimiento. La gratitud es la señal de que nuestras vidas van siendo sanadas, realizadas. Cuando agradecemos poco crecemos poco. Pidamos el don de expresar gratitud por todo lo que es y de vivirla como bondad y compasión hacia todos los seres.

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Señor, dame valor para cambiar lo que pueda cambiarse; dame serenidad para aceptar lo que no pueda cambiarse; dame sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.

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