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Comentario de la liturgia

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domingo 10 de septiembre

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por Lucy Galván rscj

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Evangelio: San Mateo 18, 15-20

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Si tu hermano te ofende, ve y amonéstalo, tú y él a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de uno o dos, para que el asunto se resuelva por dos o tres testigos. Si no les hace caso, informa a la comunidad. Y si no hace caso a la comunidad considéralo un pagano o un recaudador. Os aseguro que lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. 
  Os digo también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá. Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos. 

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Ved qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos (Salmo 131, 1) 

La convivencia es uno de los dones hermosos que acompaña nuestra vida y tiene la capacidad de hacerla más gozosa, cierta y agradable. Mantener la armonía y la unión, en una relación común, es una de las tareas cotidianas en la que hay que poner todo el cuidado. Porque la convivencia es un tejido frágil, que se quiebra fácilmente y puede llegar a convertir la existencia, en una experiencia muy dolorosa.  

Jesús, que conoce nuestra debilidad, nos alerta y señala caminos para rehacerla en los inevitables conflictos. Acercarnos personal y discretamente al hermano distanciado, con la verdad fraterna, es la etapa primera del camino de reconciliación, aunque a veces no sea suficiente, y haya que recurrir a la comunidad comprometida con la relación entre todos. La unión es tarea ineludible de cuantos habitan la comunidad. 

Impresiona que delegue en nuestras manos la posibilidad de sostener, rehacer y recrear una unidad herida o fracturada. Y más increíble aún es la fuerza otorgada a la comunidad unida en su nombre, no solo para restaurar sino para pedir y obtener del Padre los dones necesarios. Jesús mismo, presente en la comunidad, es quien hace eficaz nuestra petición porque ruega al Padre con nosotros y en favor nuestro. 

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