Entrevista a Pilar ValenciaPilar, trabajas dentro de las estructuras provinciales de la Congregación en España, en un momento en el que nos abrimos a nuevos horizontes, incorporando a laicos tanto de género femenino como masculino ¿Cuál es tu experiencia con este proceso? ¿Crees que se tienen puntos de vista diferentes por el matiz del género?
Mi experiencia en el proceso de incorporación de laicos lo he vivido de primera mano, primero y lógicamente por mi propia incorporación y segundo porque he participado en la incorporación de varios compañeros.
En mi experiencia personal en la Congregación, la incorporación siempre ha sido de mujeres. En el equipo de Economato somos todas mujeres y cuando nos hemos planteado incorporar a algún compañero más, considerábamos que igual se sentiría “desubicado” con tanta mujer hablando de sus familias, niños, maridos, padres…
Pero sí he participado en procesos relacionados con los colegios, antes de la Congregación, ahora de la FESB, en los que participaban tanto hombres como mujeres.
Mi opinión personal, es que tanto los hombres como las mujeres somos igual de válidos para desarrollar las tareas laborales, pero en la pequeña familia que hemos creado entre todas mis compañeras, sí que el matiz de género se habría sentido presente. Nosotras, las mujeres del Economato, como familia que nos sentimos, hablamos de todas nuestras cosas del día a día, trabajo, anécdotas, médicos, cotilleos, preocupaciones, padres, niños, maridos… creo que un hombre en este sentido personal, no compartiría del mismo modo que compartimos nosotras. Considero a los hombres mucho más reservados para compartir y hacer aflorar su parte más personal.
Si me preguntas si considero que existe un matiz por la diversidad de género entre hombres y mujeres en el terreno laboral, te respondería rotundamente que no, pero como para mi trabajar también es compartir, en este último aspecto sí considero que hay un matiz que nos diferencia a mujeres y hombres.
En los últimos tiempos se habla mucho del tema de la conciliación familiar y de los pasos que se dan para alcanzarla. ¿Cómo es tu experiencia de conciliación familiar?
Respecto a la conciliación familiar, solo puede decir que la Congregación intenta que la conciliación familiar sea plena.
Afortunadamente, mi percepción es que para la Congregación la familia es lo primero, lo que no quiere decir que el trabajo no sea fundamental e importante.
Es complicado conciliar ambas figuras, trabajo y familia, pero la Congregación no solo nos permite hacerlo de la mejor forma posible sino que nos ayuda.
Por mi forma de ser soy tremendamente responsable, por lo que tengo muy claro que el tiempo que estoy en el trabajo tengo que dedicarle todo mi esfuerzo a hacerlo lo mejor posible y entregar el 100% de toda mi capacidad. Pero cuando termino de trabajar para la Congregación, comienzo a trabajar para mi familia con el mismo ánimo. Aunque parece que es organizado y lo tenemos todo muy bien estructurado y pensado, en más ocasiones de las que nos gustaría, se solapan ambos trabajos y la conciliación es tremendamente difícil.
Por suerte también hoy en día contamos con herramientas que nos permiten trabajar desde cualquier lugar y también en este sentido la Congregación camina muy avanzada y se adapta a todas estas nuevas herramientas.
Si me preguntas por mi conciliación familiar, solo pudo decirte que ha sido y es muy buena y solo pudo agradecer a la Congregación cómo nos permiten conciliar trabajo y familia.
Por último y como anécdota personal, os cuento que tengo un hijo de 5 años, por lo que en estos primeros años, la cantidad de “sustos” que me ha dado mi hijo son incontables. Estoy orgullosa de poder contar, que siempre que he necesitado tiempo para atender estos “sustos” he podido hacerlo y siempre ayudada sin duda alguna, por la conciliación que nos permite tener la Congregación.
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