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El valor de lo germinal
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En germen estaban hace cinco años las vidas de Walter, José, Francis, Carolina, Luz, Cande… la lista es larga, todos y todas con rostro, nombre, historia…
Muchas veces vulnerados en sus derechos más básicos desde el nacimiento: sin adultos referentes, excluidos del sistema escolar, sin acceso a fuentes de trabajo -salvo cartonear y hacer alguna changa – con consumo de drogas- y, en algunos casos, habiendo sufrido la privación de libertad.
Apostaremos por lo germinal con toda la verdad de un amor que se derrama como el agua, que no pregunta cómo crecerá la planta. (B. Glez. Buelta)
A veces nos preguntamos- y también nos preguntan- cómo surgió el proyecto, qué nos llevó a configurarnos como equipo, a unirnos en el sueño, en las convicciones, a sostener la apuesta a lo largo de los años. Hablo en plural porque sin el equipo y los vínculos que fuimos gestando entre nosotros, nada hubiera sido posible.
Comenzamos a tientas, con miles de dificultades de todo tipo: falta de infraestructura, de no saber por dónde encaminar el proyecto y la propuesta, con la sospecha del barrio hacia ellos o incluso el rechazo más absoluto, con sus comportamientos muchas veces rebeldes y en ocasiones hasta agresivos y violentos. Pero hemos permanecido, nos hemos sostenido, hemos creído que el cambio en ellos y ellas era posible, hemos visto “lo que no se ve”: su ternura encubierta por la dureza aparente, sus dones invisibilizados, su pertenencia al grupo y al espacio, sus atisbos de sueños y proyectos personales, sus muestras de afecto y confianza hacia nosotros.
Hemos pasado por momentos difíciles: robos en el salón, deserciones escolares, peleas barriales, detenciones policiales y el suicidio del Dani…
Nos ha supuesto mucha reflexión desde la práctica, buscar, ensayar, discutir, aunar criterios, vivir momentos de mucha frustración, impotencia, dolor… llorar juntos y darnos fuerzas para seguir adelante. Nada nos ha movido de la apuesta, del compromiso, del cariño hacia ellos; al contrario todo esto ha crecido y nos ha consolidado como grupo.
Cantamos lo germinal, futuro ya presente que cultivamos con ternura. (B. Gz. Buelta)
Y también muchos motivos de alegría, de esperanza, tal vez imperceptibles para otros, pero no para nosotros: procesos de rehabilitación con internación o de manera ambulatoria, vuelta a los estudios, el entusiasmo en los rostros, el compañerismo y la solidaridad entre ellos y ellas, sus voces, sus palabras, su creatividad, su responsabilidad creciendo día a día en las pequeñas cosas cotidianas…
Otros muchos han venido a “enredarse” con nosotros, con el proyecto, con la propuesta: voluntarios de los profesorados de arte y música, jóvenes rehabilitados de la fundación “El Buen Samaritano”, madres del grupo “Santa Mónica” en apoyo a las madres de nuestros jóvenes, la diócesis de Reconquista, los curas villeros con su experiencia del “cuerpo a cuerpo” y el “recibir la vida como viene”… El subsidio de Sedronar (Secretaria de drogodependencias a nivel nacional). Esta gratuidad, estos agradecimientos son innumerables y han sido y son sostén, apoyo fundamental, para el equipo. Y en este proceso, algo que todavía saboreamos: el local propio, casa y hogar para los que no tenían más posada que la esquina y la noche. El barrio lo sabe, pregunta, se admira, se acerca, se cuestiona… ellos y ellas lo sienten suyo, lo han decorado con sus pinturas murales, la huerta y los diversos talleres ya en marcha. ¡Tenemos tantos desafíos y sueños por delante! El camino continúa, con más convicción, con más certezas, con más esperanza.
Mariasun F (Argentina)
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