Epifanía del Señor

¡Qué emoción nos provoca ver los ojos de los niños cuando contemplan la cabalgata de Reyes! Tan hondo han calado los nombres de los magos que recogen los apócrifos que parecen más reales que el nombre mismo de Herodes. Hay tantos Herodes de turno que atentan contra las vidas más frágiles y no estamos libres de desviarnos por sus caminos: desconfianzas, intereses ocultos, y sospechas ante todo aquello que sentimos como amenaza. Del otro lado, aquellos que vienen de lejos y buscan: preguntan, se acompañan, y se asombran. La visión de un niño pobre los sorprende y después de ofrecerse ya no pueden volver por el mismo camino. El camino de la epifanía – descubrir el amor y manifestarlo- se les muestra hora como el verdadero. Descubrir toda la bondad y toda la belleza de Dios donde no esperábamos (en la intemperie, en lo pequeño, en lo que no cuenta) y llevarlo a los demás «por otro camino» por donde aún no sabemos, como ciegos tocados por una luz que nos indica los modos: en vulnerabilidad, en pobreza, en humildad, en alegría.

 

Mariola López Villanueva rscj
EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret
Imagen de  Bernadette López

 

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