IV Domingo de Adviento
Encuentro
María visita a Isabel.
María había sido sorprendida con una noticia, y puesto que ha “escuchado” el mensaje, esa palabra se hace vida en ella.
Isabel siente una gran alegría cuando llega María. Además, la vida del niño que lleva en su vientre parece reconocer la Vida que María trae consigo.
En esta visita cordial de María a Isabel, la Vida de Dios viene al encuentro de nuestra vida humana. Dios, hecho aun más pequeño que una vida todavía por hacer del hijo de Isabel, sale a nuestro encuentro. La alegría que salta espontáneamente en el vientre de Isabel es la alegría de toda la humanidad sorprendida por el encuentro con la gracia, que llega tan humilde y sencillamente para crecer juntos. Y este regalo, la gracia, nos llega encarnado; es un mensaje que quiere ser escuchado y compartido; y la sorprendente noticia nos la traen las personas suave y cotidianamente.
Miyako Namikawa rscj
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