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Comentario de la liturgia

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domingo 10 de marzo

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Lucas 4, 1-13

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En aquel tiempo, Jesús, lleno de Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: <<Si eres hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan>>.  Jesús le contestó: <<Está escrito: «No solo de pan vive el hombre»>>. Después llevándolo a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: <<Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo>>. Jesús le contestó: <<Está escrito: «Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto»>>. Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: <<Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras»>>. Jesús le contestó: <<Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios»>>. Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

[/vc_column_text][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][vc_single_image image=»3577″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Nadie quiere pasar una prueba, ni verse en la tesitura de tener que enfrentar un momento difícil, y a todos nos cuesta perder algo… Pero todas esas situaciones se dan en nuestra vida. Las tentaciones le vienen a Jesús cuando le empujan a elegir lo que es más cómodo, lo que va a tener más brillo y valoración, cuando le incitan a una manera de relacionarse donde no se sitúe abajo, o al lado, sino en el centro de la escena y arriba, donde él gane siempre. Son registros que conoce nuestro ego, ¿quién no se ha vivido en ocasiones creyendo que lo más importante es eso que nos pasa a nosotros? Pero el tiempo de la tentación es también un tiempo de posibilidad y gracia. Cuando nos experimentamos tentados de tomar caminos que nos alejan de nuestra condición humana es también la ocasión para que el amor arraigue. La soledad del desierto no solo está poblada de aullidos: también acontece allí el susurro de una Voz que suaviza y conforta el corazón. Jesús sale de la prueba fortalecido en el amor recibido y con su vida apoyada totalmente en Otro y no en sus propias capacidades.

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HAMBRE DE TI (Pedro Casaldáliga)

Hambre de ti nos quema, Muerto vivo, Cordero degollado en pie de Pascua. Sin alas y sin áloes testigos, somos llamados a palpar tus llagas. En todos los recodos del camino nos sobrarán tus pies para besarlas. Tantos sepulcros por doquier, vacíos de compasión, sellados de amenazas. Callados, a su entrada, los amigos, con miedo del poder o de la nada. Pero nos quema aún tu hambre, Cristo, y en Ti podremos encender el alba.

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