JPIC
Ser Artesanas de Esperanza en Nuestro Mundo Roto y Bendecido
Declaración del compromiso de la JPIC | Sociedad del Sagrado Corazón
Nuestro mundo está en un momento histórico paradójico. Contiene nuevas posibilidades pero también es forjado por la inequidad, el sufrimiento y la violencia. Somos ciudadanas de un mundo roto y bendecido. Sentimos profundamente el grito de los pobres y el dolor de la tierra. Deseamos participar en el cuidado de “nuestra casa común” – trabajando contra las injusticias, construyendo interrelaciones pacíficas, y protegiendo la tierra.
Como familia del Sagrado Corazón, estamos llamadas a responder “como un Solo Cuerpo” desde nuestro carisma y nuestra misión como educadoras. Ello supone crecer en una visión compartida que nos ayude a comprender la complejidad de sistemas políticos, económicos y sociales que enfrentamos, nos hace ser más conscientes de nuestra complicidad con la injusticia y a profundizar en una ecología integral.
La contemplación del Corazón traspasado de Jesús y del corazón herido de la humanidad nos impulsa a solidarizarnos con los desplazados y excluidos, defender las víctimas de abuso de poder, y comprometernos en la búsqueda de cambios sistémicos.
Cuidar la relación está en la raíz de nuestra tradición. Queremos desarrollar esta tradición de maneras nuevas y más profundas. Hoy estamos más sensibles de la importancia de las interrelaciones, y por ello queremos también fortalecer la colaboración con otros grupos comprometidos con la justicia, la paz, e integridad de la creación. También reconocemos la urgencia de vitalizar la colaboración entre nosotras y con toda la familia del Sagrado Corazón. Esta unión nos da más fuerza y creatividad para transformar estructuras injustas.
A la vez que buscamos la transformación de sistemas y estructuras, también reconocemos la importancia de nuestros gestos cotidianos de cuidado de la tierra, de cuidarnos a las unas y a las otras. Estas experiencias ayudan a humanizar nuestro tejido social y a su vez, inciden en lograr transformaciones globales. Por lo tanto, vemos la JPIC como un estilo de vida, por lo cual estamos llamadas a discernir y transformar nuestra manera de ser y hacer.
Creemos además, que este es un momento oportuno para vincular nuestros esfuerzos educativos de base con la actuación de la ONU-ONG para responder concretamente a dichos desafíos y lograr efectos globales.
En suma, el compromiso con JPIC nos exige ser artesanas de esperanza en nuestro mundo roto y bendecido, en el contexto donde nos encontremos y prestemos nuestro servicio, con la confianza en el Espíritu Creador que va transformando el mundo.
Encuentro internacional de JPIC noviembre 2018 Filipinas
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