En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? Y Él, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertí y os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe. 

El mayor en el reino de los cielos 

Me molesta, porque soy maestro, que con demasiada frecuencia se habla de que esto o aquello parece un patio de colegio cuando se quiere “criticar desprestigiando” algún comportamiento no adecuado de los adultos. Nuestra mirada “adulta” empequeñece los problemas y situaciones que puede vivir un niño hasta el punto de despreciarlos. 

Jesús escoge a un niño para descubrirnos quién es el más importante en el Reino. Los planteamientos “simples” de un niño, la “mirada limpia”, la “forma sencilla” de hacer las cosas, “su fragilidad”, … son el modelo de “lo importante” para Dios. 

Esta cita me hace pensar que hemos de saber dar la dimensión adecuada a las situaciones que nos toca vivir. Y ese “saber dar dimensión” pasa necesariamente por ser simples, sencillos, de mirada limpia, de reconocernos frágiles… Seamos como niños, despojémonos de nuestros “ropajes de “adulto” y hagámonos pequeños para hacer cosas grandes.  

Santi Rubio. Profesor de Primaria en Sagrat Cor Diputació

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