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ATRAPASUEÑOS

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Un sueño de juventud

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por Carmen Fabiani, RSCJ. Palma

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A pesar de todo lo que ya ha llovido, recuerdo haber tenido múltiples sueños en mi juventud, pero siempre sobresalía uno que mi pereza silenciaba, el de darme toda al Señor.

Me atrevo a decirlo con orgullo agradecido y, a la vez, con vergüenza por lo ramplonamente que lo he vivido. De todos modos es cierto que esta ilusión apasionada de mi juventud me ha ido acompañando como referente y acicate a lo largo de la vida. Tuve la suerte de vivir una época preciosa eclesial, el cambio del Vaticano II, todo se volvió horizontal y los demás, los preferidos de Jesús, ocuparon mi deseo de entrega y servicio. Agradezco a la Sociedad todas las ayudas y mediaciones que nos ofreció, y aún sigue prestándonos, sin ella el sueño se hubiera truncado. Me da alegría pensar que es el Señor quien sigue llamando a nuestra puerta y sueño, como en la juventud, en darle paso.

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