El premio de la Palma de Oro del Festival de Cannes es la mejor presentación para esta película francesa que, tras la muerte por accidente del marido, disecciona pausadamente la relación matrimonial para descubrir infidelidades, sentimientos de culpa, celos, falta de espacio para el desarrollo personal…  Una lista de agravios que han convertido una relación que fue feliz en un vínculo que se sostiene a pesar de todo ello.

La película sucede en buena parte (un 70% del film) a través del juicio por la muerte del marido. Unos diálogos extensos (y a veces cansinos) nos revelan las interioridades de una relación desgastada, que hacen que lo de menos sea la inocencia o la culpabilidad de la esposa, sino que se centra en las razones del desgaste, del hastío, de la incomunicación.

Todo ello condicionado por una pieza central que es el hijo de ambos, un niño afectado por una ceguera fruto de un accidente, que se convierte en testimonio involuntario de unos hechos y una deriva que tendrá que aprender a gestionar a pesar de su corta edad.

Especialmente recomendada para quienes gustan de los grandes premios cinematográficos (en este caso Cannes 2023). Abstenerse los que esperan un thriller judicial la uso o los que están un tanto desengañados de las películas que abusan de un duración excesiva.