«Alcarràs», ser quien soy

Alcarràs
«Alcarràs» es una gran película desde que la directora de la aclamada  «Estiu 1993» se decidió a dar forma a otra historia, y se convirtió en una extraordinaria película cuando le concedieron el Oso de Oro del Festival de Berlín 2022. Pero como en todo, los premios deben confirmarse con la asistencia a las salas (más de 150.000 espectadores), las críticas especializadas y sobre todo en la sensación que le queda al espectador cuando aparecen los créditos finales.
«Alcarràs» es una historia simple, llena de matices, silencios, miradas… Esconde la vida misma, con sus frustraciones y sus alegrías, con personajes de la vida real que no actúan sino que son ellos mismos: gente de pueblo, que ama a su familia, que vive de trabajar la tierra de sus antepasados… y que se ve amenazada por una nueva era, donde lo que ha sido esencial durante tantos años parece que se desmorona.
Carla Simón, su directora, conoce bien esta tierra, el interior de Catalunya: la dureza de su clima, la agricultura maltratada, un territorio poco conocido, la incertidumbre por el futuro… y nos invita a reflexionar acerca de los pilares sobre los que queremos construir nuestra sociedad. Atendiendo a su planteamiento, se puede deducir su opción por el amor a la herencia recibida, que incluye las personas, un modo de vivir y unos valores compartidos, como se repite en varios momentos en un estremecedor canto del campo: «canto per la meva terra ferma, casa amada».
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