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8 cosas que quizás no sabías sobre Mater

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Paulina Perdreau, la pintora de Mater, había aprendido a pintar en el taller de Maximiliano Seitz, un famoso pintor alemán del Movimiento Nazareno, un grupo de  pintores  del  Romanticismo alemán que pretendían revivir la honradez y espiritualidad del arte cristiano medieval.

Dos años después de pintar a Mater, Paulina se fue de Roma y no volvió a verla.

Hizo copias para las casas que se lo pidieron, pero cambió los motivos del fondo del cuadro: en uno se veía un tren pasando sobre un viaducto.

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No es seguro que fuera Pío IX el primero en llamarla Mater Admirabilis. Parece ser que la primera en darle ese nombre fue Makrina Mieczystawska , una abadesa de bielorrusia refugiada en la trinidad del monte cuando el zar Nicolás Imandó incendiar su monasterio.

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Esta otra versión de la imagen Mater aparece más anciana. Paulina Perdrau quería evocar su presencia en casa de San Juan en Efeso.

Está haciendo el gesto de cortar la trama de su labor, como si presintiera que estaba mas cerca del encuentro definitivo con su Hijo

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Mater se hizo pronto popular en Roma y se dijo que obtenía curaciones y conversiones. Los soldados del cuerpo expedicionario francés se proclamaban “los hijos de Mater”.

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A Sofía le gustaba la imagen y dijo a Paulina: “Tu Virgen niña no está del todo mal. Cuando voy a rezar a la tribuna doy un rodeo para mirarla. Me atrae. Tiene la edad de nuestras alumnas y me habla de esa juventud a la que he dedicado mi vida”.

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A Felicité Desmarquets, una de las primeras compañeras de Sofía, no le gustó mucho al principio aquella “Virgen vestida de rosa”. Con el tiempo se dejó conquistar y, cuando le encargaron de la probación, pidió a las probanistas que pasaran cada día un cuarto de hora con ella.

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Cuando murió la Madre Barat todas las casas del Sagrado Corazón tienen una copia de Mater y su capilla recibió constantes visitas de las alumnas incluso durante los recreo.

Las pequeñas tenían la costumbre de escribir a la Virgen y muchas veces eran garabatos ilegibles.

Cuando se les preguntaba qué querían decir, respondían: “La Virgen sabe leerlo”.

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Teresita Martín, después santa Teresita del Niño Jesús, fue con su padre y su hermana Celina a rezar ante Mater, aprovechando la peregrinación en la que pidió el permiso del papa para entrar en el Carmelo. Don Bosco, el futuro fundador de los salesianos, celebró allí una de sus primeras misas, el 7 de enero de 1867. Monseñor Lavigerie bautizó en ella a un árabe ya un cabileño. Algunos judíos convertidos también frecuentaban la capilla.

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