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Triduo Pascual

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Sábado Santo

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por Dolores Aleixandre RSCJ

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El oficio del sábado de Pasión canta: «Has descendido a la tierra para salvar a Adán y, al no encontrarlo, has ido a buscarlo hasta los infiernos”.  Cristo desciende para abrir todo lo cerrado e iluminar las sombras. Él se hace por su Encarnación el Dios que desciende siempre más abajo, presente en la más honda desesperanza humana.

Podemos hacer más viva nuestra fe en que Dios, en su Hijo, no está ausente de ningún lugar, incluso de aquellos de los que la violencia, el odio o el sin sentido parecen excluirle y que se manifiestan a escala mundial.

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Pedir que esta fe cambie nuestra actitud cuando nos encontramos ante situaciones en las que nos parece que todo está definitivamente bloqueado y tenemos  la sensación de que todo está perdido y que ya no hay salida.  Dejar que la afirmación del Credo “descendió a los infiernos” nos comunique esa energía que nos sostiene y nos  libra de la tentación de desánimo y desesperanza.   Dejarnos agarrar por la mano tendida del Resucitado, precisamente cuando nos parece que hemos llegado al límite de nuestras fuerzas.

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