12 DE DICIEMBRE

Aniversario del nacimiento de Sofía Barat

Un pueblo

Joigny era una una ciudad pequeña con cerca de 5000 habitantes. El 85% de la población eran artesanos y jornaleros.

Unos padres

La familia Barat pertencía al grupo de los artesanos. Como ella mismo expresaba: “Mi padre hacía toneles y los vendía”. Además de esta actividad, tenía algún pequeño viñedo.

El padre era un hombre con poca formación, pero su madre era una mujer instruida.

Un nombre

Magdalena Sofía fue el nombre elegido para la tercera hija del matrimonio Barat – Fouffé, que ya tenían un hijo, Luis de once años, y una hija, Marie-Louise, de nueve años.

Su familia y sus amigos siempre la llamaron Sofía, y era con este nombre que firmó sus numerosísimas cartas.

 

 

Su nacimiento

Dos meses antes de lo previsto, un incendio en una casa cercana precipitó el nacimiento de Sofía: era el 12 de diciembre de 1779 hacia las 23h. La fragilidad de aquel bebé hizo temer lo peor. Entre los vecinos la conocían como “la niña del milagro”.

 

Su bautismo

A las pocas horas, hacia las 5 de la mañana llevaron a Sofía a recibir el bautismo. Su hermano Luis, de once años, la llevó a la iglesia más cercana, Saint Thibaut.  Él fue el padrino improvisado, y una mujer que acudía a la primera misa, Louise-Sophie Cédor, su madrina.

Su infancia

La infancia de Sofía fue feliz y despreocupada hasta los siete años. A esa edad regresó Luis a casa, ya diácono, después de su formación en el Seminario. Creyó era el la ocasión de ofrecer a Sofía una educación estricta. A partir de los ocho años, Sofía empieza un tiempo nuevo, de exigencia y esfuerzo seguramente excesivo para su edad. Solo recuperará su infancia en alguna corta estancia de Luis en Paris.

 

Un vínculo para siempre

Sofía abandonó Joigny a los dieciséis años, rumbo a Paris con su hermano. Ese viaje la alejó de sus raíces, pero durante toda su vida siguió vinculada a su ciudad natal: los primeros años acudía allí para la vendimia, y posteriormente, visitaba cuando le era permitido a sus padres , su hermana y sobrinos, de los que siempre se preocupó mucho. Cuatro de sus sobrinas fueron religiosas del Sagrado Corazón.

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