
Por Mariola López Villanueva, rscj
Misa en la Solemnidad del SAGRADO CORAZÓN. CICLO A
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan.
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios Y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. (1 Jn 4, 7-16)TEJER TRAMAS DE CERCANÍA Y CALIDEZ QUE HAGAN VIISBLE EL INCONMENSURABLE AMOR DE DIOS
Para la oración…

Reflexión
- Acojo el texto en segunda persona, como una carta dirigida a mí, que lleva mi nombre. Me recibo de este amor no condicionado y pido saber expresarlo allí donde más falta hace. ¿Cómo despliego amabilidad, atención amorosa, allí donde estoy? ¿Cómo se sienten los otros conmigo, se sienten validados y animados a sacar lo mejor?
- Me visualizo formando parte de un tejido rico en diversidad y colores, de una familia extendida por el ancho mundo, que quiere vivirse desde esta invitación, que quiere que todas sus acciones manen de la Fuente del Amor primero.