El premio “pupitre de oro” lo concede la CONFEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE ANTIGUOS ALUMNOS DE LA ENSEÑANZA CATÓLICA. Este pasado año, 2024 ha sido concedido a Adela Cortina, antigua alumna del Colegio del Sagrado Corazón de Godella.
El día 5 de abril, nos reunimos en el colegio amigos, antiguas alumnas, profesores…. El encuentro comenzó con una eucaristía de acción de gracias presidida por el párroco de Godella y posteriormente, en el salón, tuvo lugar la entrega del premio.
El señor presidente de esta asociación, don José Antonio Cecilia, hizo la laudatio de Adela Cortina, como persona que ejerce un liderazgo ejemplar y cuya vida tiene una profunda proyección social. Entresacamos sus palabras de reconocimiento:
…Santa Magdalena Sofia Barat decía que solo por una alumna, su esfuerzo valía la pena…. aquí tenemos a un gran grupo de representantes de los miles de alumnos que se han forjado y formado en el Sagrado Corazón… (Acudimos unas ciento veinte personas)
…En el amplio e importante curriculum de Adela, podemos afirmar que recoge un estilo especial de trabajar y poner en valor sus enseñanzas.
El Ministerio de Exteriores reconoció que Adela Cortina, catedrática de ética y filosofía política, acuñó el término de “aporofobia” para referirse al odio y rechazo hacia la pobreza y las personas pobres y el Gobierno de España le otorgó la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. Este reconocimiento se concede a aquellas personas que presten o hayan prestado servicios relevantes al Estado reconociendo sus “virtudes cívicas” en beneficio del país.
Catedrática Emérita de Ética y Filosofía en la Universidad de Valencia, dirige la Fundación ÉTNOR (Ética de los Negocios y las Organizaciones) y es la primera mujer en formar parte de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, institución desde la que lucha por difundir su idea de lo que debería ser una sociedad más justa.

Adela es una de las figuras clave en nuestro país cuando se trata de discutir sobre las connotaciones morales de la política, la economía y muchos otros aspectos de la sociedad. En 2014 recibió el Premio Nacional de Ensayo por su obra ¿Para qué sirve realmente la ética?
Con más de una docena de premios a sus espaldas y una buena colección de libros publicados, trabaja en cuestiones de ética (tanto de fundamentación como de aplicación a las empresas, la política, la sanidad, las biotecnologías, los medios de comunicación, las profesiones y la enseñanza) y de filosofía política (ciudadanía, democracia o desarrollo). Participa en congresos y proyectos tanto en España como en Europa y América Latina…
Termino con una especial sensación que me llena al pensar que el secreto de la felicidad está en hacer las cosas por los demás, creo que ha nacido del lema de los antiguos alumnos
Entramos para aprender, salimos para servir.
Adela habló de manera muy cercana y cordial, como quien se encuentra “en su salsa”: El “pupitre de oro”….no es un negocio. Es algo mucho más valioso… es verdad que esa vida nuestra, que giraba en parte en torno al pupitre, iba evolucionando con él, iba cambiando de lugar…Y prosiguió:
Agradezco muy cordialmente a la Junta de Antiguas Alumnas del colegio (a Mª Ángeles Martí, Mercedes Gómez Portilla, Reyes Ferrán, Ana Bernat, Pilar Bigné y Desirée Clari) que me hicieran la jugada de proponer mi candidatura a este premio tan entrañable en su significado profundo, a Mar Brosel, su apoyo incondicional, a la Confederación Española de Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica por aceptar la propuesta con tanto afecto. A su presidente, José Antonio Cecilia, por esas palabras tan generosas como desmesuradas, que por eso mismo se agradecen más todavía.
Adela expresó cómo muchas personas a lo lago de su recorrido han estado implicadas en este premio: las religiosas, los padres y madres cómplices del proyecto educativo del colegio, que al menos en mi tiempo, siempre daban la razón a las religiosas, por convicción y por sistema. Ese sí que ha sido un trascendental cambio de época. …Y también formaron parte de esta aventura de tantos años las compañeras y compañeros con los que seguimos haciendo la vida. Y en muchos casos las parejas y los maridos, como el mío, como Jesús. Feminista empedernido, por personalista de corazón, que un buen día decidimos envejecer juntos y sellamos el pacto en la capilla de Mater, en un acto que compartimos con algunas de vosotras.
Todo lo que vale la pena se hace con otras y con otros, el individualismo es rotundamente falso.
Expresó Adela con rotundidez.
Y continuó:
Lo que aprendí y no he olvidado
“Entramos para aprender, salimos para servir” es el lema de la Confederación Española de Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica. Pero ¿qué aprendimos? Recordaré un texto que escribí hace un tiempo y sigue valiendo:
La primera socialización, esa decisiva socialización de la que tanto hablan los sociólogos del conocimiento, tuvo como “coagente”, junto con mi familia, al colegio del Sagrado Corazón de Godella, que fue parte esencial de mi vida desde los cinco a los diecisiete años. Mucho se ha dicho y escrito contra los colegios de religiosos de aquellos tiempos, mucho se ha dicho y escrito. De mí puedo contar que allí aprendí que todo hombre es igual en valor, que la justicia empieza por el cuidado de los débiles, que el amor supera a la justicia, aunque no la sustituya, y que es una buena noticia que Dios exista. Posiblemente otros vivieron experiencias distintas. De mí puedo decir que eso es lo que aprendí, y que no lo he olvidado.
Y hoy añadiría: que la gran virtud es el amor, pero el amor lúcido y crítico, que no se deja engañar ni manipular ni comprar, ni instrumentalizar.
Una tarea esencial para la humanidad
Se dirá –y ya voy acabando- que esto hoy no interesa a nadie. Y, sin embargo, es justo lo contrario. Para muestra, cuatro botones, aunque hay muchos más.
1) La reacción generalizada y entusiasta ante los voluntarios de la DANA, mostró bien a las claras que la solidaridad gratuita y voluntaria sigue siendo acogida con entusiasmo por tirios y troyanos, que la entrega generosa de jóvenes y adultos, a quienes nadie obligó a colaborar, ha sido la mejor noticia.
2) No hay charla ni conferencia sobre los temas más intrincados y espinosos (medicina, economía, Inteligencia Artificial, geopolítica, geoestrategia), en la que el conferenciante, desesperado por encontrar una salida, no acabe apelando a la educación como último recurso, como si fuera el gran remedio para todos los males, el bálsamo de fierabrás.
Cuidar la educación como a la niña de los ojos sigue siendo esencial.
3) Ante la desorientación que ha generado el nuevo desorden mundial voces muy sensatas urgen a fortalecer los valores de una cultura europea, que hunde sus raíces en Jerusalén y Atenas, en el judaísmo y el cristianismo, recorre la Edad Media y la Ilustración y llega a nuestros días, no como exclusiva de Europa, pero sí como específica y universalmente ofertable, como raíz de la democracia y los derechos humanos, que hay que potenciar por encima de todo.
4) Y, por último, en estos tiempos en que las narrativas constituyen al parecer el secreto del triunfo en la política, en la economía y en la vida social en su conjunto, que dar con una buena narrativa es encontrar la piedra filosofal del éxito, es necesario seguir contando ese relato de la alianza de Dios con los hombres y de los hombres entre sí, que algunas de nosotras oímos por primera vez sentadas en estos pupitres del colegio.
Gracias por todo de todo corazón.

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